El Santo Padre ha dedicado la catequesis de la Audiencia general de este miércoles a la dimensión jerárquica de la Iglesia. Cómo mediante los ministerios, Cristo edifica la Iglesia como su cuerpo y de entre ellos destaca el ministerio episcopal, a través del cual el Señor se hace presente en su Iglesia, la guía y la cuida.
»En la presencia y en el ministerio de los obispos, de los presbíteros y diáconos -ha dicho-podemos reconocer el verdadero rostro de la Iglesia… y a través de estos hermanos elegidos por el Señor y consagrados con el sacramento de la ordenación, la Iglesia ejercita su maternidad». Francisco ha destacado que no se trata, por tanto, de un cargo honorífico, sino de un servicio que se ha de realizar siguiendo el ejemplo de Jesús.
Ha hablado también de la unión de los obispos como una única familia. »Al igual que Jesús llamó y pensó en los Apóstoles no por separado sino unidos en torno a él, como una familia, también los obispos constituyen un único colegio, reunido en torno al Papa, que es el custodio y garante de la comunión entre ellos» y ha recordado »a todos los obispos repartidos por el mundo que se sienten unidos a los demás, y son expresión visible del vínculo íntimo que une sus respectivas comunidades en la única Iglesia de Cristo».
El Papa ha concluido explicando que no existe una Iglesia sana si los fieles, los diáconos y los presbíteros no están unidos al obispo. »Esta Iglesia separada del obispo es una Iglesia enferma».