La Oficina de Ayuda a la Iglesia que Sufre – México, quedó consagrada en el día de ayer a la Virgen de Guadalupe, en una ceremonia religiosa en la Basílica de la Virgen Morena, de acuerdo con los deseos del Presidente Internacional de esta Institución de la Santa Sede, el Sr. Johannes Heereman.

Durante la Santa Misa, el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el Obispo Eugenio Lira, felicitó a esta Fundación por el trabajo que desempeña. Dijo: “Ayuda a la Iglesia que Sufre ha venido comprometiéndose desde hace muchos años, brindando auxilio material y espiritual a quienes más lo necesitan. Por eso, felicito a cada uno de sus miembros y bienhechores, e invito a muchos a que nos sumemos a este gran esfuerzo, que es muy concreto, para aliviar de alguna manera las penas que agobian a tantos hermanos nuestros.”

Luego explicó: “Interesémonos por los demás. Hagamos nuestro el dolor de tantas personas que son víctimas de la pobreza, la injusticia y la violencia. Pidamos por aquellos que, enfermos de egoísmo, han olvidado que todos somos hermanos, y descartan a su prójimo, como si fuera un objeto o un enemigo”.

Mons. Eugenio Lira también evocó palabras del Papa Francisco y dijo: “no se desanimen, hagan un esfuerzo para no desanimarse. Con la ayuda de Dios, sigan esperando en un futuro mejor, a pesar de las dificultades y obstáculos que ahora están enfrentando”.

Por su parte, el Arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias, quien concelebró esta Eucaristía, entrevistado, dijo que “esta Fundación de la Santa Sede significa un fuerte impulso para muchos proyectos que pueden llegar en beneficio de la gente que está siendo afectada por la violencia en varias partes del mundo, donde hay persecución de cristianos.”

Al término de la ceremonia religiosa, Mons. Eugenio Lira obsequió al presidente Internacional de Ayuda a la Iglesia que Sufre, una piedra del Tepayac: “Aquí, en el Tepeyac, la Santísima Virgen de Guadalupe posó sus pies y su imagen quedó estampada en el sencillo ayate de San Juan Diego… por ello, queremos darles como regalo una sencilla pero simbólica piedra que proviene de las canteras del cerro del Tepeyac… y que nos hacen recordar las palabras de Jesús a San Pedro: Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia… para que sirva de aliento a continuar en su tarea de ayudar en la construcción del reino de Dios en la Tierra.”

Al término de la Santa Misa, el Sr. J. Heereman, que el día anterior en la rueda de prensa celebrada tras la Misa solemne en la Catedral también habló de la libertad religiosa en el mundo y de los cristianos perseguidos a causa de su fe, al tiempo que anunciaba la campaña de Navidad sobre Irak de Ayuda a la Iglesia que Sufre; se trasladó a las nuevas oficinas de esta Institución en la ciudad de México, y convivió con los obispos que celebraron la Eucaristía, con el Canónico Hugo Valdemar, Director General de Comunicación Social del Arzobispado de México, el Dr. Armando Martínez, Presidente del Colegio de Abogados Católicos, y otros sacerdotes y personalidades.

Acompañaron al Presidente de esta Fundación Vaticana los Señores Carlos Carazo, subdirector de la oficina de España; el Padre Martin, Asistente Eclesiástico Internacional de la Institución, la Dra. Matilde Latorre, delegada de Ayuda a la Iglesia que Sufre en España, y los responsables de la oficina de México.

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