OCTAVO DÍA | por Julián López Amozurrutia |

«‘Todo el que bebe de esta agua sigue volviendo’, dice un proverbio brasileño que siempre se repite cuando un huésped se marcha. Un refrescante vaso de agua, de chimarrao, de café, de tereré, son signos de aceptación, de diálogo, de convivencia. El gesto bíblico de ofrecer agua a quienquiera que llegue (Mt 10,42), como un modo de dar la bienvenida y de compartir, es algo que se repite en todas las regiones de Brasil».

Este año, los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que tiene lugar en estos días, fueron preparados por el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil. Su texto de inspiración ha sido el encuentro de Jesús con la Samaritana, en el pozo de Jacob. Y la explicación que han dado para la ocasión es por demás sugestivo:

«El estudio y la meditación de este texto que se propone para la Semana de Oración quiere ayudar a las personas y a las comunidades a que se den cuenta de la dimensión dialógica del proyecto de Jesús que llamamos el Reino de Dios. El texto afirma la importancia de que la persona conozca y comprenda su propia identidad para que la identidad del otro no se perciba como una amenaza. Si no nos sentimos amenazados, seremos capaces de percibir la complementariedad del otro: ¡Sola, una persona o una cultura, no es suficiente! De este modo la imagen que surge de las palabras ‘dame de beber’ es una imagen que habla de complementariedad: beber agua del pozo de otra persona es el primer paso para experimentar el modo de ser del otro. Esto lleva a un intercambio de dones que enriquece. Cuando se rechazan los dones del otro se hace mucho daño a la sociedad y a la Iglesia».

El objetivo de los hermanos que prepararon estas reflexiones mira, en particular, la situación brasileña, en la que se percibe una especie de competencia por disputar los espacios de presencia de las diversas comunidades. Y la reflexión y la oración propuesta busca profundizar en las riquezas derivadas de la diferencia y la complementariedad entre los creyentes en Cristo. Pero el alcance de estos textos trasciende el horizonte ecuménico, e incluso el interreligioso. Llega a tocar los interrogantes de toda resistencia intransigente a lo que puede aportar la alteridad.

«En el texto de Juan 4, Jesús es un forastero que llega cansado y sediento. Necesita ayuda y pide agua. La mujer está en su territorio; el pozo pertenece a su pueblo, a su tradición. Es dueña del cántaro y es la que tiene acceso al agua. Pero ella también tiene sed. Se encuentran y ese encuentro ofrece a los dos una oportunidad inesperada. Jesús no deja de ser judío por haber bebido el agua que le ofrece la mujer samaritana. La samaritana sigue siendo ella misma al abrazar el camino de Jesús. Cuando reconocemos que tenemos necesidades recíprocas, tiene lugar la complementariedad en nuestras vidas de un modo más enriquecedor. ‘Dame de beber’ supone que tanto Jesús como la samaritana piden lo que necesitan del otro. ‘Dame de beber’ nos empuja a reconocer que las personas, las comunidades, las culturas, las religiones y los distintos grupos étnicos se necesitan unos a otros. ‘Dame de beber’ implica una acción ética que reconoce la necesidad que tenemos los unos de los otros para vivir la misión de la Iglesia. Nos obliga a cambiar nuestra actitud, a comprometernos en buscar la unidad en medio de nuestra diversidad a través de una apertura a una variedad de formas de orar y de espiritualidad cristiana».

Las posibilidades son enormes. Es cierto que hace falta «atravesar Samaria», ponerse en el riesgo de recorrer caminos hostiles, además de experimentar la rudeza del desgaste vital en el viaje. A ello habrá de acompañarlo la necesaria humildad para reconocer la propia indigencia y para entrar en comunicación con el prójimo. Bien vivido, esto puede convertirse también en una oportunidad de encuentro y solidaridad, de orientación al bien y a la verdad. Es un itinerario de fe, pero sin duda está abierto a todos los hombres de buena voluntad.

Artículo publicado en el blog Octavo día, en el universal.com.mx, el 23 de enero de 2015. Reproducido con permiso del autor

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