«El próximo Sínodo de los Obispos volverá a despertar en todos la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia» y «más familias tendrán la experiencia de la violencia, el cierre y la división». Son dos de las pasajes de la oración por el Sínodo por el cual Francisco pide «a todo el mundo» a orar a partir de ahora hasta octubre, cuando se celebra el Sínodo, y que hoy recitó junto con más de 20 mil personas presentes en la audiencia general. Al final de ella el Papa ha lanzado un nuevo llamamiento «para que no prevalezca la lógica del beneficio, sino el de la solidaridad y la justicia». «¡Cuando no se gana el pan – añadió – se pierde la dignidad! Este es el drama de nuestro tiempo».

La audiencia de hoy, según lo ha mencionado el mismo Francisco, se llevó a cabo en dos partes, «como lo hacemos cuando llueve», en el Aula Pablo VI para los enfermos y en la plaza de San Pedro para los demás y que se caracteriza por ser «un intervalo de oración «en el «camino de catequesis sobre la familia».

El Papa ha subrayado que hoy, 25 de marzo, la Iglesia celebra la Anunciación – y Francisco ha invitado a los presentes a rezar el Ave María con él – el día en que, hace 20 años, Juan Pablo II firmó la encíclica Evangelium vitae en la que «la familia ocupa un puesto central, ya que es la matriz de la vida humana». «Para conmemorar este aniversario – añadió – ahora están presentes en Piazza muchos miembros del Movimiento por la Vida».

«La palabra de mi venerado Predecesor nos recuerda que la pareja humana ha sido bendecida por Dios desde el principio para formar una comunidad de amor y de vida, a la que ha sido confiada la misión de la procreación. Los esposos cristianos, celebrando el sacramento del matrimonio, se vuelven disponibles para honrar esta bendición, con la gracia de Cristo, para toda la vida. La Iglesia, por su parte, se compromete solemnemente a cuidar a la familia que nace, como un don de Dios para su propia vida, en las buenas y en las malas: el vínculo entre la Iglesia y la familia es sagrado e inviolable. La Iglesia, como madre, nunca abandona la familia, aun cuando esta está abatida, herida y mortificada de tantas maneras. Ni siquiera cuando cae en el pecado, o se aleja de la Iglesia; siempre hará de todo para tratar de curarla y de sanarla, para invitarla a la conversión y para reconciliarla con el Señor. Y bien, si esta es la tarea, es claro cuánta oración necesita la Iglesia para ser capaz, en todo tiempo, de cumplir esta misión. Una oración llena de amor por la familia y por la vida. Una oración que sabe regocijarse con los que gozan y sufrir con los que sufren”.

“He aquí entonces lo que junto con mis colaboradores, hemos pensado proponerles hoy: renovar la oración para el Sínodo de los Obispos sobre la familia. Relanzamos este compromiso hasta el próximo octubre, cuando tendrá lugar la Asamblea sinodal ordinaria dedicada a la familia. Quisiera que esta oración, al igual que todo el camino sinodal, esté animada por la compasión del Buen Pastor por su rebaño, especialmente por las personas y familias que por diversos motivos están «cansadas y abatidas, como ovejas que no tienen pastor» (Mt 9,36). Así, sostenida y animada por la gracia de Dios, la Iglesia podrá estar aún más comprometida y más unida, en el testimonio de la verdad del amor de Dios y de su misericordia por las familias del mundo, ninguna excluida, tanto dentro como fuera del redil”.

“Les pido que por favor no hagan faltar su oración. Todos – el Papa, Cardenales, Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos – todos estamos llamados a rezar por el Sínodo. De esto hay necesidad, ¡no de habladurías! Invito a rezar también a cuantos se sienten alejados, o que ya no están acostumbrados a hacerlo. Esta oración por el Sínodo sobre la familia es por el bien de todos.

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