Los obispos católicos de Canadá han expresado su solidaridad con la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), que el 19 de marzo, ante el tribunal de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos , defendió los derechos de los pobres en la audiencia que tuvo por tema las implicaciones éticas y morales de los proyectos emprendidos por las industrias extractivas en América Latina .

Esta solidaridad ha sido manifestada a través de una carta de monseñor Paul-André Durocher, Arzobispo de Gatineau y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá, dirigida  a Carlos Aguíar Retes, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano.

Es la primera vez que la Iglesia Católica defiende estas personas ante un organismo tan importante como la CIDH, además de recibir el apoyo de Canadá, un país que está directamente involucrado en varios eventos en el continente, en Guatemala , México , Nicaragua , Honduras .

“Estamos particularmente preocupados – escribe el Arzobispo de Gatineau – al ver que la mayoría de las operaciones mineras en América Latina es realizada por empresas registradas en Canadá”. A pesar de que algunas empresas de nuevas tecnologías han dado pasos positivos en materia de responsabilidad social, la protección del medio ambiente y el respeto de los derechos humanos, sus esfuerzos – se lee en la carta – se han visto eclipsados por la magnitud de los daños causados por otros competidores en la industria.

Monseñor Durocher también señala que en América Latina la extracción minera y de otros recursos no ha producido beneficios para el desarrollo humano y económico de la sociedad, ya sea por la mala regulación, como por los abusos de algunas empresas internacionales que no respetan los derechos ambientales y los derechos de las personas.

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