Reflexionar sobre la «mirada de Jesús sobre nosotros», «Él siempre nos mira con amor. Él nos pide algo, nos perdona algo y nos da una misión». Es la invitación que el Papa dirigió en la homilía de la Misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta, inspirado «en tres miradas diferentes» de Jesús a Pedro.
Francisco ha hecho su homilía de la imagen dada por el Evangelio de hoy, donde Jesús resucitado prepara la comida para sus discípulos y, después de comer, comenzó un intenso diálogo entre Jesús y Pedro y afirmó haber «encontrado» tres miradas diferentes en el Evangelio: de elección, de arrepentimiento, de misión.
Al comienzo del Evangelio de Juan, recordó, cuando su hermano Andrés va donde su hermano Pedro y le dice: «Hemos encontrado al Mesías», Hay una mirada de entusiasmo. Jesús fijó su mirada en él y dice: «Tú eres Simón, hijo de Jonás. Serás llamado Pedro». «Es la primera mirada, la mirada de la misión». Existe, por tanto, la «primera mirada: El primer anuncio de la vocación y de la misión» «¿Y cómo es el alma de Pedro en ese primer vistazo? Entusiasta. La primera vez para ir con el Señor».
Entonces, cuando la noche dramática del Jueves Santo, Pedro niega a Jesús tres veces, «lo perdió todo. Perdió su amor», y cuando el Señor cruzo sus miradas lloro. «El Evangelio de Lucas dice:» Pedro lloró amargamente». El entusiasmo de seguir a Jesús se convirtió en llanto, porque él ha pecado: negó a Jesús Esa mirada cambia el corazón de Pedro, más que antes. El primer cambio es el cambio de nombre y también de la vocación. Esta segunda mirada es una mirada que cambia el corazón y un cambio de conversión al amor».
Y, por último, está la mirada de la reunión después de la Resurrección. «Sabemos que Jesús se encontró con Pedro, dice el Evangelio, pero no sabemos lo que se dijeron»
Esto del Evangelio de hoy, continuó Francisco, «es una tercera mirada: la mirada es la confirmación de la misión, pero también es la mirada de Jesús» pide confirmación sobre el amor de Pedro. Y esta vez el Señor le pregunta a Pedro la «manifestación de su amor» y le insta a alimentar a sus ovejas. A la tercera pregunta, Pedro «se entristeció, casi llorando». «Entristecido porque por tercera vez le preguntó:» ¿Me amas? «Y él dijo:…. Pero, Señor, tú sabes todo. Tú sabes que te quiero». Respondió Jesús: ‘Apacienta mis ovejas’. Esta es la tercera mirada, la mirada de la misión. La primera, la mirada de la elección, con el entusiasmo de seguir a Jesús; la segunda, la mirada de arrepentimiento en el momento de que el pecado tan grave de haber negado a Jesús; la tercera mirada es la de la Misión: ‘Apacienta mis corderos’; ‘cuida mis ovejas’, «Apacienta mis ovejas'». Pero «esto no termina allí». «Jesús sigue adelante», y Pedro dice: «Lo haces todo esto por amor, y ¿después? ¿Serás coronado rey? No». Jesús le dice a Pedro que él seguirá el camino de la Cruz.
«También podemos pensar: cuál es hoy la mirada de Jesús en mí? Como me mira, Jesús? ¿Con una llamada? ¿Con el perdón? ¿Con la misión? Pero, en el camino que Él ha hecho todos estamos bajo la mirada de Jesús. Él siempre nos mira con amor. Él nos pide algo, nos perdona algo y nos da una misión. Ahora Jesús está sobre el altar. Cada uno de nosotros pensemos: ‘Señor, Tú estás aquí, entre nosotros. Tú mirada fija en mí y me dices lo que debo hacer; Tengo que llorar por mis errores, mis pecados; ¿cuál es el valor con el que tengo que seguir adelante en el camino que Tú has hecho en primer lugar». Y hoy, el Papa concluye, vamos a hacer bien para volver a leer este diálogo con el Señor y pensar «la mirada de Jesús está sobre en mí».