Dios nos ayude a no caer en un modo de vivir egoísta o negociante, sino el de tener “una vida de fe” que “hace milagros” a condición que “si tienen algo contra alguien, perdonen”. Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en la casa Santa Marta, partiendo del pasaje del Evangelio que en la imagen de la higuera que no da frutos, en los negociantes del templo y en el hombre de fe y propone “tres modos de vivir”.
“La higuera representa la esterilidad, o sea una vida estéril, incapaz de dar algo. Una vida que no fructifica, incapaz de vivir el bien”. “Vive para sí, egoísta, no quiere problemas. Y Jesús maldice la higuera, porque es estéril, porque no hizo lo suyo para dar fruto. Representa a la persona que no hace nada para ayudar, que vive siempre para sí misma, para que no le falte nada. Al final éstos se convierten en neuróticos. ¡Todos! Jesús condena la esterilidad espiritual, el egoísmo espiritual. “¡Yo vivo para mí, que no me falte nada y que los otros se arreglen!”
El otro modo de vivir “es aquel de los explotadores, de los negociantes del templo. Explotan también el lugar sagrado de Dios para hacer negocios: cambian monedas, venden los animales para el sacrificio, también entre ellos hay como un sindicato para defenderse. Esto no sólo era tolerado, sino hasta permitido por los sacerdotes del templo”. Son “aquellos que hacen de la religión un negocio”. En la Biblia-recordó el Papa-está la historia de los hijos de un sacerdote que “alentaban a la gente a hacer ofrendas y ganaban mucho, también de los pobres”. Y Jesús no ahorra palabras”: “Mi casa será llamada casa de oración. Ustedes en vez, “¡la han convertido en una cueva de ladrones!”. “La gente que iba en peregrinación allí para pedir la bendición del Señor, a hacer un sacrificio: allí, esa gente ¡era explotada! Los sacerdotes allí no enseñaban a rezar, no le hacían la catequesis…Era una cueva de ladrones. Paguen, entren…Celebraban los ritos, vacíos, sin piedad. No sé si no hará bien pensar si entre nosotros no sucede algo parecido en algún lugar. No lo sé. Es utilizar las cosas de Dios para el propio provecho”
El tercer modo de vivir es “la vida de la fe”, como lo indica Jesús: “Tengan fe en Dios. Si uno dijese a este monte “levántate y tírate al mar”, sin dudar en su corazón, sino creyendo que cuánto dice sucede, esto sucederá. Todo aquello que pedirán en la oración, tengan fe que lo obtendrán y así sucederá”. Sucederá propiamente lo que pedimos con fe”, “Es el estilo de vida de la fe”. Padre, ¿qué tengo que hacer para esto?” Pídelo al Señor, que te ayude a hacer las cosas buenas, pero con fe. Sólo con una condición: cuando ustedes se ponen a rezar pidiendo esto, si tienen algo contra alguien, perdonen. Es la única condición para que también el Padre vuestro que está en el cielo los perdone a ustedes su propias culpas”. Este es el tercer estilo de vida. La fe, la fe para ayudar a los otros, para acercarse a Dios. Esta fe hace milagros”.
Pidamos hoy al señor-concluyó Francisco- que nos enseñe este estilo de vida de fe y que nos ayude a no caer nunca, a nosotros, a cada uno de nosotros, a la Iglesia, caer en la esterilidad y en el negociado”.