El Papa Francisco dedicó su catequesis de la Audiencia General a la «vocación natural para educar» instando a los padres y madres a regresar de su «autoexilio» educativo que los vio reemplazados por «expertos» y los «intelectuales», para reanudar su papel, el cual es difícil y requiere paciencia, sobre todo si los padres están separados.

Francisco recordó que la familia ha sido acusada entre otras cosas, de dañar a las jóvenes generaciones, con el autoritarismo, el conformismo o la represión afectiva que genera conflictos. »De hecho entre la familia y la sociedad se ha abierto una brecha que socava la confianza mutua y la alianza educativa entre una y otra ha entrado en crisis».

»Los síntomas son muchos. Por ejemplo, en la escuela se ha estropeado la relación entre los padres y los profesores… Por otra parte, se han multiplicado los llamados «expertos», que han ocupado el papel de los padres, incluso en los aspectos más íntimos de la educación…. Y los padres solamente deben escuchar, aprender y adaptarse. Privados de su papel, a menudo se vuelven demasiado aprensivos o posesivos con sus hijos… Tienden a confiarlos cada vez más a los «expertos»… arrinconándose sólos y corriendo así el riesgo de excluirse también de la vida de sus hijos».

Modelos educativos limitados

Francisco subrayó que determinados modelos educativos del pasado tenían algunas limitaciones. «Pero también es cierto que hay errores que sólo los padres están autorizados a hacer, porque pueden compensarlos de una forma que es imposible para cualquier otra persona. Por otro lado, como bien sabemos, la vida se ha vuelto »tacaña» con el tiempo para hablar, para reflexionar, para discutir. Muchos padres están »secuestrados» por el trabajo u otras preocupaciones, o se sienten embarazados por las nuevas necesidades de los hijos y por la complejidad de la vida actual…y están paralizados por el miedo a cometer errores. El problema, sin embargo, no estriba solamente en hablar.. Preguntémonos en cambio: ¿Intentamos entender »donde» se encuentran realmente los hijos en su camino? …Y, sobre todo, ¿queremos saberlo? …»

El Papa resaltó que las comunidades cristianas están llamadas a ofrecer apoyo a la misión educativa de la familia. »En la base de todo está el amor, el amor que Dios nos da, que «no falta de respeto, no busca su propio interés, no se enoja, no toma en cuenta el mal recibido … todo lo perdona, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta»…Hasta en las mejores familias hay que soportarse… Y hace falta tanta paciencia… El mismo Jesús pasó a través de la educación familiar».

»También en este caso, la gracia del amor de Cristo lleva a su plenitud lo que está grabado en la naturaleza humana. ¡Cuántos ejemplos maravillosos tenemos de padres cristianos llenos de sabiduría humana! Demuestran que la buena educación familiar es la columna vertebral del humanismo. Su repercusión en la sociedad es el recurso que permite compensar las lagunas, las heridas, los vacíos de paternidad y de maternidad que afectan a los hijos menos afortunados. Esta repercusión puede hacer verdaderos milagros».

Los hijos a veces son rehenes

A propósito de las parejas separadas, el Santo Padre dijo que «ellos han tenido dificultades, se han separado, y muchas veces el niño es tomado como rehén y papá habla mal de la madre y la madre habla mal del padre y eso hace tanto mal. Pero yo os digo, a los matrimonios separados: ¡nunca, nunca, nunca tomen al niño como rehén! Ustedes están separados por tantas dificultades y razones. La vida les ha dado esta prueba, pero que los niños no sean los que llevan la peor parte de esta separación, que los niños no se utilicen como rehenes contra el otro cónyuge, que los hijos crezcan sintiendo que la madre habla bien de su padre, a pesar de que no están juntos, y que el padre habla bien de su madre. Y para los matrimonios separados esto es muy importante y muy difícil, pero ustedes pueden hacerlo».

 

 

 

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