Al finalizar la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco recordó a los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro que, en ocasión de las Vísperas de Pentecostés, la Conferencia Episcopal Italiana ha propuesto que en las Diócesis se recuerde a tantos hermanos y hermanas exiliados o asesinados sólo por ser cristianos. «¡Son mártires!», expresó el Papa, a la vez que formuló el deseo de que «ese momento de oración acreciente la conciencia de que la libertad religiosa es un derecho humano inalienable, aumente la sensibilización sobre el drama de los cristianos perseguidos en nuestro tiempo y que se ponga fin a ese inaceptable crimen».
El Santo Padre, también hizo alusión a que el 24 de mayo, los católicos en China le rezarán con devoción a la bienaventurada Virgen María Auxilio de los Cristianos, venerada en el santuario de Sheshan en Shanghái.
Y destacó que «en la imagen que culmina el Santuario, María sostiene en alto a su Hijo, presentándolo al mundo con los brazos abiertos, en gesto de amor y misericordia. También nosotros le pediremos a María que ayude a los católicos en China a ser siempre testimonios creíbles de este amor misericordioso en medio de su Pueblo y a vivir espiritualmente unidos a la roca de Pedro, sobre la que está construida la Iglesia».