Por Gilberto HERNÁNDEZ GARCÍA |

Expertos de todo el mundo coinciden al señalar que con la llegada de la Internet se ha registrado una alarmante proliferación de organizaciones dedicadas a la explotación sexual comercial de niños y adolescentes, particularmente con la creación de materiales pornográficos cuyos protagonistas son menores de edad.

“Antes de la llegada de Internet, los pedófilos eran tipos solitarios y perseguidos. Las autoridades tenían la pornografía infantil bajo control. Hoy, redes de personas que abusan de los niños están multiplicándose a nivel mundial”,

De repente, los pedófilos podían usar sus computadoras para hacer de manera instantánea copias de fotografías tomadas de Internet, desde sitios con sede, por ejemplo, en Moscú, y enviarlas a amigos con los mismos gustos en todo el mundo.

Personas que tenían fantasías que les avergonzaba satisfacer encontraron una «comunidad» en clubes en línea y en salones de charla dedicados al sexo preadolescente. Ya no tenían los pedófilos que ir a los barrios más peligrosos de las ciudades para conseguir fotos o películas. Podían conocer amigos y «descargar» de la red, desde la sala de su casa, pornografía infantil elaborada con cámaras digitales y caseras”.

Cuidar la información personal

En México, la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes a través de internet ocupa el tercer lugar en la lista de delitos cibernéticos, sólo antecedida por los fraudes y las amenazas. Además, nuestro país tiene el nada honroso segundo lugar en producción de pornografía infantil.

La Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Pública Federal ha denunciado una práctica conocida como grooming, que consiste en acciones deliberadas, por parte de un adulto, para establecer lazos de amistad con un niño, niña o adolescente en internet, con el propósito de obtener imágenes eróticas o pornográficas del menor; incluso, como preparación para un encuentro sexual.

Ante esta situación que no es reciente, la Secretaría de Educación Pública (SEP) elaboró y presentó a finales de 2009 el documento “La educación a menores en el uso de su información personal”, en el que enfatiza que este asunto –la discreción en la publicación de datos personales- es por demás vital para la seguridad de los menores a la hora de “navegar” por la red de redes.

“Es muy común que los niños, entusiasmados por el alcance de las redes sociales para establecer nuevas relaciones de amistad, de “santo y seña” de ellos o sus familias a la hora de crear sus perfiles o de compartir fotos. No están consientes de su privacidad”, señalan expertos de la Alianza por la Seguridad en Internet (ASI). Y esta oportunidad la están aprovechando miles de pederastas en todo el planeta.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reporta que “cada hora 228 niños o adolescentes de Latinoamérica son abusados sexualmente y la nueva modalidad de los pedófilos para atraer a sus víctimas es a través de las redes sociales en internet”.

“Cuando el pederasta logra que el menor le cuente sus secretos, en ese momento ya lo tiene en sus manos y empieza a acercarle imágenes sexuales para medir su reacción. Su objetivo es conseguir el encuentro físico con la víctima”, alerta el UNICEF.

En opinión de los expertos, se tiene que explicar a los menores de edad cuáles son los riesgos que hay en las redes sociales, pero “en paralelo a la educación de los menores, se requiere que los padres se interesen por la alfabetización digital, porque  existe cierta lejanía de ellos hacia las actividades que sus hijos realizan en internet”.

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