Por Juan Gaitán|

Ser cristiano implica fijar la atención en Jesucristo, interesarnos sin cesar en su per sona, como una llama viva que nunca se está quieta. Entre más conozcamos acerca de Jesús, más sólida será nuestra espiritualidad, más auténtica; y mientras más alejados estemos, más tibia e indiferente.

Bajo esta lógica, varios métodos de oración nos invitan a contemplar el corazón de Jesús: Mirando las escenas de los relatos evangélicos, ¿qué habrá sentido?, ¿qué habrá pasado por su cabeza al encontrarse en tales situaciones, frente a tales personas, o desde el dolor de la cruz?

Otra pregunta que podemos hacer a Jesús es: ¿de dónde sacó el Evangelio?, ¿cómo llegó al punto de asumir la Buena Noticia que predicó? Para responder esto, podemos notar algunas pistas, entre otras que cada quien pueda encontrar como caminos para llegar a una respuesta saludable.

1. Jesús no apareció en el mundo de treinta años: Sus años de vida pública, especialmente su pasión, muerte y resurrección, constituyen el culmen de su misión. Sinembargo, no podemos perder de vista que Jesús fue un hombre como todos nosotros, creció y maduró física, psicológica y espiritualmente a lo largo de su infancia y juventud. El Evangelio, seguramente, se fue gestando desde el silencio mucho tiempo atrás, reflexionando las Escrituras, aprendiendo de los maestros (maestros de la Ley, Juan el Bautista, María y José…)

2. Un agudo observador de la realidad: Durante esos años, Jesús observó agudamente la realidad histórica, política y religiosa de su pueblo. También imagino (porque losevangelios no narran su juventud) que cada encuentro interpersonal con alguien en la calle, cada vez que veía a un leproso con la cabeza gacha, cada que un mendigo le pedía una moneda, Jesús tomaba conciencia de que el Padre lo llamaba a inaugurar una nueva realidad en el mundo.

3. Un hombre piadoso: No podemos olvidar que Jesús de Nazaret fue un judío que recitaba oraciones judías, cantaba los salmos e himnos del pueblo elegido. Con todaseguridad fue un hombre piadoso, conocedor de las Escrituras, las cuales profundizó intensamente. Con esto quiero decir que el Evangelio se enmarca en una tradición. Los evangelistas así lo entendieron y citaron continuamente en sus textos el Antiguo Testamento. Jesucristo es el culmen de la Revelación de Yahvé a su pueblo. Él es elfundamento de la historia.

4. La oración de Jesús: una nueva experiencia del Padre: Si tuviera que responder en una sola frase a la pregunta ¿de dónde sacó Jesús el Evangelio?, diría que en su experiencia del Padre. Jesús, un hombre de silencio que cuidaba y saboreaba su relación con el Padre de una manera singular, encontró en el silencio que Yahvé todopoderoso es un papá cercano y cariñoso, misericordioso y compasivo, que no quiere condenar sino dar vida plena al ser humano, vida feliz.

5. La consciencia de su identidad: Por último, no podemos olvidar que la fe cristiana es trinitaria. En eso se distingue de las demás religiones monoteístas, en que a nosotros se nos reveló un monoteísmo trinitario. Dios es comunión, Dios es amor. El evangelio de Juan es riquísimo en este sentido: «Yo y el Padre somos uno.» (Jn 10,30). Jesús, al mirar su corazón, observaba el corazón de Dios. Ahí encontró el Evangelio, la Buena Noticia de la llegada del Reino de Dios.

Personalmente veo en esto una invitación de Jesucristo, Hijo del Padre, Dios de Dios, para adentrarnos en su camino de vida: madurar nuestra fe, observar nuestra realidad,adentrarnos a la oración, saborear el amor del Padre y hacernos conscientes de nuestra condición de hijos de Dios. Mirar siempre a Cristo porque sin él no hay cristianismo.

 

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