Por Francisco Xavier SÁNCHEZ │

La semana pasada la selección mexicana de futbol ganó la copa de oro Concacaf 2015, después de haber sido apoyada de manera cínica y descarada por el arbitraje. El momento culmen de ese engaño fue un penalti que se le robó a la selección de Panamá para que la mexicana pudiera pasar a las finales. Toda esta serie de engaños, “tranzas” y corrupción del futbol mexicano, muestra bien la situación de violencia y descomposición social, que vivimos actualmente en nuestro país. Vivimos en un país de apariencias y de engaños. De hacernos creer que todo va bien, de distracciones mediáticas. Un país en el cual la Verdad no importa sino la apariencia.

Hace varios siglos en Grecia, Sócrates tuvo que luchar contra los sofistas. Contra aquellos que habían descuidado la búsqueda de la verdad por la vanidad del dinero, de la fama y del poder. La palabra (logos) se había pervertido y estaba al servicio de la apariencia, de la opinión (doxa). En sus Diálogos, Platón critica a los sofistas que hacen aparecer grandes las cosas que son pequeñas, o verdaderas las que son falsas, todo mediante la persuasión de la palabra.

En México vivimos momentos de violencia sin precedentes. Me parece que todos los mexicanos (y prácticamente de cualquier clase social, a excepción de la elite que viven con guaruras) tenemos testimonios recientes de robos, extorsiones, secuestros, violaciones a sus derechos, etc. ¿Y qué hacen nuestros dirigentes políticos? Se comportan como los sofistas de la antigüedad. Hablan con un cinismo desconcertante. Pareciera ser que viven en otro planta, en otro México, en otra realidad. Utilizan la palabra no para buscar la verdad sino la apariencia, el engaño.

Considero que podemos comparar al ex entrenador “piojo” Herrera y a la misma selección nacional con nuestro presidente nacional (EPN) y todo su equipo de gobernadores y dirigentes políticos. Inútiles y sobre evaluados. Personas a las cuales la televisión mexicana (cada vez con mayor dificultad) nos presenta casi como héroes nacionales. Actores y galanes más que verdaderos deportistas y políticos.

El señor Herrera ha dejado de dirigir la selección nacional aparentemente por un conflicto que tuvo en el aeropuerto con un periodista deportivo. Sin embargo durante el tiempo que estuvo aprovechó lo más que pudo para enriquecerse y no hacer nada por el principal deporte enajenador de los mexicanos: el futbol. Una persona que no tuvo reparos en hacer campaña por el PVEM/PRI en las pasadas elecciones electorales.

¿Hasta cuando seguiremos viviendo en una sociedad donde los nuevos sofistas mexicanos nos presentan el simulacro de la apariencia como si fuera verdad?

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