Jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil de la Compañía de Jesús, reunidos en Roma de diversas partes del mundo, en la celebración del centenario, dialogaron en Audiencia con el Papa, haciéndole preguntas y escuchando sus respuestas.
Tensión y conflicto
Francisco inició las respuestas diciendo que le impresionaron algunas palabras de las preguntas: Tensión y conflicto. Solamente en el cementerio y en el Paraíso no hay tensiones y conflictos. Si hay tensiones y conflictos quiere decir que estoy vivo. No tengo que tener miedo de las tensiones y conflictos porque me hacen crecer. Pero ustedes tienen que discernir cuáles son las verdaderas tensiones y conflictos a los que hay que atender. Las tensiones se resuelven con el diálogo. No hay que pegarse demasiado a una tensión porque eso hace mal. Siempre buscando la armonía y la armonía se hace de tensiones y a su vez genera otras tensiones. Esto con respecto a la familia.
¿Qué hacemos frente a conflictos sociales y también culturales? También los conflictos pueden hacer bien porque nos hacen entender que hay cosas diversas. El conflicto para ser bien asumido debe ser orientado hacia la unidad en el respeto a cada identidad. El conflicto se resuelve con respeto a la identidad. Los conflictos que no se resuelven terminan en guerra. Y hay conflictos que son violencia. Se llama: “matar”. Hay lugares donde a los cristianos, no sólo no se les respeta su identidad; sino que se los mata. Si en un país hay tanta diversidad, sólo el respeto resuelve el conflicto.
La paz de Jesús y no la falsa paz del enemigo es el desafío
A la pregunta sobre cuál ha sido para él el mayor desafío de su vida como religioso respondió: El mayor desafío ha sido encontrar la paz en el señor. Ha sido el mayor desafío de mi vida religiosa. Hay otro desafío: saber distinguir la paz de Jesús de la paz que no es de Jesús. Discernir la verdadera paz de la falsa paz. La verdadera paz viene siempre de Jesús. La paz superficial que solo me contenta un poco viene del enemigo. Saber conocer y distinguir cuál es la paz de Jesús y cuál la falsa paz del enemigo que me destruye. Te pone en medio de la calle y después te deja solo. Nosotros decimos que “el diablo es un mal pagador”, es un estafador que muestra una paz maquillada. Pero ¿cómo se que la paz es de Jesús? Por la alegría. El diablo solo me puede dar diversión, un poco de circo, te da felicidad un rato, pero nunca te da esta alegría. Mientras que Jesús es un buen pagador, paga muy bien.
Los abuelos son la memoria de la fe
La familia es otra palabra importante de la que han hablado. No solamente están las tensiones generacionales entre los papás y entre mis padres y yo, sino que, también en las generaciones están los abuelos. Y los abuelos son los grandes olvidados de este tiempo. Yo me pregunto: ¿Ustedes hablan con sus abuelos? Los abuelos son fuente de sabiduría porque tienen la memoria de la vida, la memoria de la fe, la memoria de las tensiones, la memoria de los conflictos. ¡Son buenos los abuelos!
El signo de la amistad con Jesús
Respondiendo a la pregunta sobre la amistad con Jesús, Francisco expresó: Jesús dice ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les digo. Jesús me habla con la paz y la alegría que me da en tantas maneras de encontrarlo. Lo encuentro en la oración, la Eucaristía y ayudando a los necesitados. “Encontrar a Jesús”, no se olviden de esta palabra. Pensemos en ese día que Jesús pasaba y que Juan y Andrés escucharon a Juan Bautista que les dijo: “Ese es…” … Que sucedió después: Andrés fue con su hermano lleno de alegría y estupor. El encuentro con Jesús da estupor, paz, alegría.
Para profundizar en la Eucaristía
Le preguntaron qué les diría a los jóvenes con el fin de que descubran la profundidad de la Eucaristía. Respondió: Ayuda pensar en la Última Cena. Esas palabras que Jesús dijo cuando dio el pan y el vino: “hagan esto en memoria mía”. Es ahí que nos salva Jesús. La memoria de un amor tan grande que ha dado su vida por mí. La gracia de la memoria de lo que Jesús hizo por mí. No es un ritual, una ceremonia. Es otra cosa. Es la sangre de Jesús, el misterio de la Eucaristía. Es memoria de que Jesús ha dado su vida por mí. Si tú quieres profundizar, recuerda. San Pablo dice: Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos… La memoria… Cada vez que vayan a rezar delante del sagrario, acuérdense de esto.
Piensen estas palabras: tensión, diálogo, conflicto, respeto, Encuentro con Jesús, amistad con Jesús: paz y alegría. Profundizar en la eucaristía recordar lo que hizo Jesús por mí. Estamos en un mundo en guerra, hay muchas cosas feas, pero también hay muchas cosas lindas y buenas. Tenemos tantos motivos para ir adelante, tantos santos escondidos en el Pueblo de Dios. Dios está presente. ¡Animo y adelante!