Por Carmen Elena VILLA | El Pueblo Católico |

La compañía Planned Parenthood se ha visto involucrada en un escándalo sobre la venta de órganos de bebés abortados, lo cual representa un grave delito en Estados Unidos. Nuevos videos siguen desenmascarando los actos de esta empresa abortista.

 Algunos medios han salido a la defensa de esta compañía diciendo que con la venta de órganos de no nacidos se invierte en investigaciones científicas. Otros simplemente han pasado por alto la situación.

En entrevista con El Pueblo Católico, el doctor Luis E. Ráez MD, el director del Memorial Cancer Institute en Florida y autor de varios libros a favor de la vida, dijo: “Así se use para la investigación científica (la venta de las partes de los bebés abortados) es una inmoralidad y es ilegal”.

En Estados Unidos, la compra o venta de tejidos humanos fetales es un delito federal que se castiga con una pena hasta de 10 años de cárcel o con una multa hasta de 500.000 mil dólares. Los directores de Planned Parehthood “Tendrán que responder ante la justicia si se comprueban las acusaciones”, indica el doctor Ráez.

La evidencia

El Center for Medical Progress (CMP) ha publicado algunos videos en los que queda evidenciado este hecho. En el primero de ellos, Deborah Nucatola, directora médica dePlanned Parenthood, dice mientras se come una ensalada en un lugar público: “nos hemos vuelto muy buenos en sacar corazón, pulmón, hígado, porque sabemos eso, así que no voy a aplastar esa parte, voy básicamente a aplastar más abajo, voy a aplastar más arriba, y voy a ver si puedo tenerlo todo intacto”. Y asegura que si no se venden estos órganos serían “un completo y total desperdicio”.

Días después Cecile Richards, presidenta de Planned Parenthood dijo que el video había sido editado y dijo que contenía “demandas indignantes acerca de programas que ayudan a la mujer a donar tejidos fetales para investigaciones médicas”. Sin embargo, los videos revelan cómo estos tejidos se venden por precios que van entre 30 y 100 dólares.

El mismo día en que Richards defendía la entidad que preside, salió a la luz otro video en el que Mary Gatter, presidenta del consejo de directores médicos de esta compañía, negociaba el precio de estas pequeñas extremidades: “¡Quiero un Lamborghini!”, dijo entre bromas. Y luego señaló: “tiene que ser lo suficientemente grande para que valga la pena para mí”.

El Dr. Ráez opinó que el comercio de bebés abortados es ilegal e inmoral porque “se puede convertir en un incentivo para los doctores o dueños de las clínicas que no solamente están cometiendo el crimen del aborto por ayudar a las mujeres en problemas. Ahora lo están haciendo para ganar dinero”.

Como si fueran mercancía

Luego de estas revelaciones, el Center for Medical Progress (CMP), comenzó a difundir desde el pasado 28 de julio una serie de mini documentales que contienen entrevistas con expertos, situaciones de la vida real dentro de las instalaciones de Planned Parenthood y que tienen que ver con la explotación comercial de tejidos de bebés abortados.

En el primero de ellos aparece el testimonio de Holly O’Donnell, técnica en flebotomía, quien trabajaba como “técnica de adquisiciones” en StemExpress, compañía intermediaria que recoge órganos fetales para venderlos a universidades para investigaciones.

“Creí que me iba a limitar a extraer sangre, no a conseguir tejido de fetos abortados”, confiesa esta mujer de 24 años. O´Donnel se dedicaba a seleccionar mujeres embarazadas que pudiesen satisfacer los criterios de Planned Parenthood para utilizar sus restos, y luego elegir los trozos de los cuerpecitos sin vida para ver cuáles podían ser puestos en venta. La joven comenta que ni en la entrevista de trabajo ni en la aplicación que aparecía en internet, estaba clara descripción de este trabajo.

En el mismo video aparece Savita Ginde, vicepresidente y directora médica de Planned Parentooden Rocky Mountains, Colorado, identificando  los órganos de un niño recién abortado y calcula las ganancias que podrían traer las ventas de esta parte a la organización.

En el video puede verse este diálogo: “¿Dirás que está intacto?”, pregunta la doctora Ginde. “Son riñones intactos, sí” responde el supuesto comprador. “Mirándolos sí creo que valen”, dice Ginde. ¡Cinco estrellas!”, aclama, una médico asistente de Planned Parenthood.

Muchas mujeres hispanas acuden a Planned Parenthood para abortar a sus hijos. El Dr Luis E. Raez dice que los hispanos “no somos totalmente conscientes de todas las consecuencias del aborto como el síndrome post aborto, o la industria de los bebés muertos. Esas son cosas que no existen en Latinoamérica y por ello falta dar a conocer todo esto para que las mujeres que quieran abortar tengan plena conciencia de la implicancias de su decisión”.

Esta millonaria empresa obtiene por cada bebé abortado 500 dólares y si todas sus extremidades quedan intactas, ganaría 300 dólares más. Así, las ganancias por cada aborto pueden llegar a 800 dólares y con ello se dedica a financiar el lobby abortista en Latinoamérica, aprovechándose de la situación de ignorancia de millones de personas que necesitan más recibir formación sobre el amor verdadero, el respeto (y no la cosificación) de la mujer, que de técnicas para practicarse un “aborto seguro”.

¿Qué dice la Iglesia?

  • “El uso de embriones o fetos humanos como objeto de experimentación constituye un delito en consideración a su dignidad de seres humanos, que tienen derecho al mismo respeto debido al niño ya nacido y a toda persona”. San Juan Pablo II. Encíclica Evangelium Vitae. 63
  • “Los cadáveres de embriones o fetos humanos, voluntariamente abortados o no, deben ser respetados como los restos mortales de los demás seres humanos. En particular, no pueden ser objeto de mutilaciones o autopsia si no existe seguridad de su muerte y sin el consentimiento de los padres o de la madre. Se debe salvaguardar además la exigencia moral de que no haya habido complicidad alguna con el aborto voluntario, y de evitar el peligro de escándalo”. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum vitæ, I, 4: AAS 80 (1988), 83.

 

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