La inmensa contribución que las mujeres, laicas y consagradas, han hecho a la Iglesia; la necesidad de involucrar cada vez más a los laicos en la misión ; la conciencia de que cada cristiano ha recibido del Señor una tarea, que debe desarrollar. Son los temas tocados por el Papa Francisco durante la misa celebrada con el clero en Filadelfia. La ciudad hospeda en estos días el VIII Encuentro Mundial de las Familias, que concluirá con una misa solemne celebrada por Francisco.

La catedral de los Santos Pedro y Pablo, “corazón” de la comunidad católica local, está colmada de gente. El pontífice se detiene a saludar a los fieles presentes, acompañado por el Arzobispo, Mons Chaput. En el transcurso de la homilía, el Papa se refiere en varias ocasiones a la herencia recibida por la Iglesia de Filadelfia, conocida en todos los Estados Unidos por su gran compromiso pastoral y su predilección por los más débiles.

«Uno de los grandes desafíos de la Iglesia en este momento es fomentar en todos los fieles el sentido de la responsabilidad personal en la misión de la Iglesia, y capacitarlos para que puedan cumplir con tal responsabilidad como discípulos misioneros, como fermento del Evangelio en nuestro mundo», dijo el Papa.

Francisco adelantó que «durante estos días del Encuentro Mundial de las Familias, les pediría de modo especial que reflexionen sobre nuestro servicio a las familias, a las parejas que se preparan para el matrimonio y a nuestros jóvenes».

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