Por Alejandro SOTO Y JIMENEZ │ elpuente.org.mx │

La migración y el éxodo de refugiados aumentan considerablemente día con día en este mundo, pero ¿quiénes son? Los migrantes son personas que deciden vivir en otro lugar, ya que en donde viven no existen las oportunidades para desarrollarse o porque deciden a ir a un lugar con mejores condiciones de vida.

Por otra parte los refugiados son personas que no deciden, sino que son obligados a migrar porque en sus lugares de origen están amenazados ya sea por los conflictos armados, la persecución política, la intolerancia religiosa, el racismo o incluso la guerra.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estimó en el 2013 que existen 231.5 millones de migrantes en el mundo. Si somos alrededor de 7 mil millones de seres humanos, los migrantes represen- tan el 1.4% de la población mundial. Por otro lado, el número de refugiados según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados de la ONU (ACNUR) es de 51 millones de personas, es decir, un 0.7% de la población mundial.

El rosto de este fenómeno más cercano a nosotros es el de nuestro vecino del norte, Estados Unidos, a donde muchos migrantes llegan desde México, Guatemala y otros países latinoamericanos. Ellos migran porque existe inestabilidad política en sus países de origen o porque no existen oportunidades para mejorar sus ingresos económicos.

El recorrido para llegar hasta allá -que implica cruzar México- está acompaña- do de una serie de riesgos que general- mente atentan contra sus derechos humanos. Violaciones sexuales, secuestro, trata de personas, esclavitud y abuso por parte del gobierno son algunas de las pesadillas que enfrentan los migrantes.

Al mismo tiempo y al otro lado del mundo, Siria está mandando refugiados a sus países vecinos y a Europa. La guerra civil y la inestabilidad política son las principales razones por las que los sirios son expulsados. Como sucede con los migrantes latinoamericanos, la travesía que tienen que realizar los refugiados sirios dista de ser grata, ya que deben cruzar el mar mediterráneo para llegar a Europa a bordo de balsas y barcos que con frecuencia se hunden al rebasar su capacidad de pasajeros.

Debido a ello muchos refugiados han muerto ahogados en el mar, mientras que por la vía terrestre tienen que cruzar varios países que no son capaces de recibirlos. Un ejemplo es Grecia, cuya profunda crisis económica no le permite dar hospedaje a los desplazados.

El fenómeno de los refugiados no es exclusivo de Medio Oriente. En Colombia la gente huye hacia Venezuela debido a la violencia. Mientras, el gobierno colombiano se muestra incapaz para solucionar los graves problemas con las organizaciones terroristas.

En Centroamérica hay refugiados que viajan a México por la inseguridad que viven sus países y con frecuencia terminan en las zonas marginadas de nuestras ciudades. La respuesta que han tenido los mexicanos frente a ello ha sido precaria. De hecho, en este año se prevé que el gobierno mexicano va a reportar más migrantes que Estados Unidos. (CNN, 11 de junio de 2015).

Pero también existen desplazados dentro de México. Debido a la guerra que emprendió el gobierno en contra el narcotráfico, muchos connacionales han tenido que viajar para conseguir una vida relativamente más segura. Los estados que expulsan más desplazados son Chihuahua, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Michoacán, y Sonora (Animal Político, 5 de octube de 2012). Según el ACNUR, 160 mil personas han sido desplazadas en nuestro país. En el caso de Jalisco, hemos recibido a una parte de estos desplazados principalmente en Guadalajara, sin embargo, otras zonas como el Sur y la Costa occidental se han convertido en expulsoras de desplazados por el tema de la violencia.

Después de ilustrar el tamaño y profundidad de estos sucesos, habría que preguntarnos cuál es nuestro deber social hacia estas personas, ya que no podemos permanecer indiferentes frente ellos.

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