Por Juan GAITÁN |
Durante la adolescencia, así como el cuerpo sufre de diversos cambios importantes que provocan un estado de cierta confusión, el espíritu también se mueve hacia nuevos cuestionamientos que fácilmente conducen a poner en crisis la fe.
Los adolescentes ponen en tela de juicio lo que se les enseñó en el catecismo o en casa, comportamiento del todo natural, pues en ese entonces se les transmitió la fe según la inteligencia de su edad, pero el desarrollo intelectual del niño le exige explicaciones más sólidas.
Esta semana comparto 5 tips para padres de familia y catequistas al tratar con estas crisis de fe:
- Dejar fluir la crisis: No debemos espantarnos ante la situación. Al contrario, ¡qué bueno que se pasa por ello! Hacer malos comentarios sobre esta crisis o decir cosas como “pues tú cree lo que quieras”, “eso dices porque no sabes nada” o “quédate en tu error” solamente creará rechazo e incomprensión.
- No estancarse: Es importante convencer al adolescente de no quedarse estático en su situación, sino alentarlo a buscar, de lo contrario llegará a ser un adulto estancado en su rechazo adolescente a la fe. No estaría mal acompañarlo a buscar propuestas de otras religiones o espiritualidades e incluso las razones que esgrimen los ateísmos, pues ésas son las propuestas que el día de mañana le lloverán de parte del ambiente cultural que vivimos.
- Saber ofrecer el camino cristiano: Parte de acompañar la búsqueda durante la crisis de fe es saber ofrecer el camino propio de la fe católica como un camino coherente, de felicidad y plenitud, con su lógica bien establecida. Asimismo, saber mostrar la importancia de la dimensión espiritual en la vida del ser humano, pues en la secundaria se dará un fuerte encuentro con las ciencias empíricas y su materialidad.
- Pretender respuestas propias: Lo más importante para salir de una crisis de fe es que el adolescente encuentre sus propias respuestas. Si decide aferrarse al Evangelio, que sepa por qué lo hace. Para esto hará falta también crear experiencias a la par que se expone la forma de pensar cristiana, la doctrina.
- Confiar en Dios: Hoy debemos ser conscientes de que el Evangelio es una de las muchas propuestas que el mundo ofrece. Sin embargo, si creemos que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida, ¿por qué habríamos de temer? Toda crisis de fe de los adolescentes, si es bienintencionada, ¡acabará volviendo al amor de Dios!
Pienso en tantos y tantos adultos que han perdido la vivacidad de su fe, que rechazan todo lo asociado al fenómeno religioso, que pierden la oportunidad de encontrarse con Dios en los sacramentos. ¡Cuánto bien les habría hecho una crisis de fe adolescente bien vivida!
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