Por Carlos GARFIAS MERLOS. Arzobispo de Acapulco |
Lamentables han sido los hechos violentos en los cuales perdió la vida el Director de Recursos Humanos del Municipio de Acapulco y el atentado que sufrió la Directora General de Seguridad y Custodia de los Penales de Guerrero. Estos hechos violentos trágicos ensombrecen aún más el panorama ya desolador, abierto por la violencia criminal que ha arrancado la vida a tantos guerrerenses.
En medio de esta violencia exacerbada me dirijo a las familias de las víctimas de la inseguridad y violencia para ofrecer por parte de la Iglesia y a nombre propio una palabra de cercanía y de consuelo. Les acompaño con la oración y cercanía de la Iglesia y con mi ruego para que tengan consuelo, esperanza y solidaridad ante el dolor que viven en estos momentos. Les aliento a no caer en la desesperanza ante estos hechos y a buscar por la vía de la legalidad, caminos de verdad y justicia.
Me dirijo también a las autoridades, a fin de que realicen una investigación a fondo de estos lamentables hechos, puesto que la impunidad, la injusticia y la corrupción generan más violencia y debilitan la confianza en las instituciones del estado. Pero al mismo tiempo, hago un llamado a todos aquellos que han optado por la violencia y provocan sufrimiento y muerte, para que reencontremos los caminos de entendimiento que solucionen nuestras diferencias o conflictos. No olvidemos que somos hermanos. Tenemos que encontrar los caminos para el diálogo y el entendimiento. No hay que ceder a la violencia. Hay que dar paso a la palabra, la escucha, el diálogo, la negociación, la razón, la inteligencia para la construcción de la paz.
Estamos por celebrar el nacimiento de Jesús de Nazaret, el Mesías, quien es portador de la paz. La luz de su Evangelio nos ilumina ante este panorama sombrío y hace resplandecer la justicia, la verdad y La Paz, si nos disponemos al diálogo, al perdón y a la reconciliación. Invito a todos a no dejarse invadir por la desesperanza y a dejarse interpelar por la necesidad de justicia y de construir la paz, tan necesaria para el progreso de nuestro pueblo de Guerrero.
