Este 10 de diciembre ha concluido la campaña  “Una sola familia humana, alimento para todos”, que Caritas Internationalis lanzó a nivel mundial  con el objetivo de terminar con el hambre en el mundo para el año 2025.

Cáritas Mexicana, que forma parte de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS), ha sido la encargada de impulsar la campaña en el país y en ese periodo ha habido  muchas «gratas sorpresas, pues hemos descubierto que ni una sola diócesis de las 93 que existen en territorio nacional deja al olvido a los más necesitados», señala un docmento de la Comisión Episcopal de Pastoral Social-Cáritas (CEPS-Cáritas).

De norte a sur del país, las Cáritas diocesanas y parroquiales cuentan con algún proyecto de pastoral social para asistir con alimentos a los más pobres, y en la gran mayoría se proporcionan otros tipos de apoyos y subsidios para que estas personas puedan hacer responsables de su propio desarrollo.

«Son muchos los ejemplos, desde entregas masivas de desayunos o comidas, como los 14 mil que entrega la Cáritas de Tampico todos los días, hasta los sofisticados Bancos de Alimentos, que tienen los recursos materiales, humanos y técnicos, para recuperar productos comestibles y llevarlo a quien lo necesita, como son los casos del recién inaugurado en Gómez Palacios, Durango, o el más grande del país de la Cáritas de la Arquidiócesis de México. No faltan tampoco programas de cultivos de huertos en traspatio, que han sido de gran ayuda».

La respuesta que ha tenido el primer año de la Campaña “una sola familia humana, alimento para todos” nos llena de esperanza y fortalece nuestra fe para seguir trabajando con este fin de erradicar el hambre y la pobreza extrema, lo cual será posible con la participación de todos.

El 10 de diciembre, a las 12 horas de cada localidad, la Iglesia convocó a unirse en oración en una vigilia en favor de las personas que tienen necesidad de alimentos. El Día Mundial de los Derechos Humanos fue ocasión propicia para pedir por los que no tienen acceso a una alimentación adecuada, un derecho fundamental para la vida y el hombre.

«La CEPS, a través de Cáritas Mexicana, da gracias a Dios por el pan de cada día y a las hermanas y hermanos en Cristo que todos los días brindan su trabajo voluntario atendiendo comedores y bancos de alimentos; gracias también a todas las personas, físicas o morales, que donan productos para que la Iglesia los reparta. Juntos podemos hacer mucho más».

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