Por Antonio MAZA PEREDA │ Red de Comunicadores Católicos │

No, no me equivoqué. La pregunta usual en esta época es: “A Usted, ¿cómo le pinta el año?”. Después de la cual, todos empezamos a hacer especulaciones más o menos infundadas sobre cómo va a cambiar este año, en comparación del que acaba de terminar. Especulaciones teñidas por nuestro optimismo o pesimismo, con nuestras tendencias políticas o ideológicas, con lo que dicen “los enterados”. Por ejemplo, en estos días me decía un conocido: “Este año tiene que ser bueno, porque no es posible que sea peor que el que acaba de terminar”. Muy divertido y sin duda optimista, pero sin ninguna otra base más que la esperanza.

Y los “enterados” no están mucho mejor. En estos días antes del año nuevo, los cinco días aciagos que tenía el calendario azteca, busqué leer comentarios sobre cómo será este 2016. Recuerdo en particular los comentarios de la señora Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, persona muy enterada. ¿Y qué dijo?: Escaso crecimiento económico en 2016, para los países desarrollados, menor crecimiento en los países en desarrollo, sobre todo en Brasil, precios bajos para las materias primas, incluido el petróleo, intereses ligeramente mayores, problemas demográficos en los países desarrollados… en fin, la situación de diciembre de 2015, repetida todo 2016. Nada que cualquiera que lee los periódicos no supiera ya. Decepcionante. Y ese fue más o menos el tono de otros comentaristas.

Reconozco que esperaba más. Algún concepto diferente. Por ejemplo: ¿cómo mejorará la economía de los países con el bajo costo de energía? ¿De qué manera puede impulsarlos? ¿Cómo hará más competitivos a países pobres que usaban petróleo caro? ¿Dónde se están generando nuevos mercados que sean el motor de la economía mundial? Nada de esto. No cabe duda de que la mayor pobreza del mundo en este momento es la escasez de ideas nuevas, de conceptos poderosos. Las viejas recetas ya no dan para más.

Pero, volviendo a mi pregunta inicial: Usted, ¿qué va a hacer? ¿De qué color va pintar usted su año 2016?

¿Esperará a que las señales estén claras? ¿Esperará a que alguien le indique que hacer? Bueno, es un enfoque prudente… pero si espera demasiado, para cuando reaccione otros se habrán adelantado y a usted solo le quedarán las migajas. Y esto es cierto para usted en lo personal, para empresas grandes y pequeñas así como para los países. ¿Su actitud será la de agacharse y esperar a que pase la tempestad? ¿O será la de aprender a navegar en medio de la turbulencia?

¿Va a dejar que los Gobiernos compongan las cosas o está dispuesto a hacer su parte? Porque hay mucho por hacer. Por ejemplo:

  • Volverse más productivo en lo personal o en lo empresarial. Prepararse mejor y hacer que su empresa genere más conocimiento y lo aproveche mejor.
  • Buscar nuevos mercados o, mejor aún, crearlos.
  • Pagar a tiempo a sus proveedores y acreedores. Conozco empresas muy exitosas, con sello de Socialmente Responsables que están pagando a sus proveedores a tres y cuatro meses, con lo cual contribuyen a la lentitud de la economía, en un momento en que tenemos los intereses más bajo de muchos años y la ganancia por pagar lentamente es mínima.
  • Pagar lo justo a empleados. En estudios de la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior) dicen que en este momento se paga a los recién egresados de las carreras universitarias menos que hace una década, haciendo el ajuste por la inflación. Y no hablemos del poder adquisitivo del salario mínimo general o de los salarios mínimos profesionales.
  • Ser más participativo en lo gremial, lo social y en lo político

A un joven muy querido, que me deseaba un buen año, le pregunté: “Y tú, ¿Qué vas a hacer para que sea un año mejor? Porque esperamos mucho de ti” La misma pregunta me la hago a mí mismo. Y me atrevo a hacérsela a Usted. ¿Cuál va a ser nuestra contribución? Porque la situación, el año 2016, no se va a componer sola.

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