Por Fernando PASCUAL |
Si hay confusión no entendemos bien qué está pasando. Si hay claridad contamos con una excelente ayuda para comprender la situación.
El mundo actual está lleno de confusiones. Algunas surgen desde los mismos acontecimientos, en los que confluyen factores difícilmente comprensibles.
Otras confusiones nacen planificadas por quienes desean ocultar ciertos hechos y por aquellos que promueven ideologías enturbiadas.
No todas las confusiones pueden ser superadas fácilmente. Por eso a veces duran durante largo tiempo, lo cual impide entender lo que está pasando.
Salir de la confusión y entrar en la claridad da mayores posibilidades a los ojos y a la mente para comprender lo que ocurre cerca o lejos de nosotros.
Mientras haya amantes de la verdad y la justicia, será posible promover pensamientos diáfanos y observaciones reflexivas que disipan tinieblas y promueven claridades.
El mundo vive en medio de tinieblas y de engaños que aturden. Ante tanta confusión, vale la pena dejar a un lado terminologías oscuras para expresarse con lenguajes sencillos.
Así quedarán abiertos espacios que ayuden a comprender las causas de las situaciones presentes y a vislumbrar horizontes de bondad y justicia hacia los que orientemos nuestras decisiones futuras.