«Se ve claramente que hay un plan para destruir la familia y el matrimonio», algo que conlleva «en el fondo a destruir la humanidad» porque todo está fundado en la familia y en el matrimonio entre el hombre y mujer. Es lo que ha declarado el cardenal guineano Robert Sarah, prefecto electo de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y actual presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, durante un encuentro que sostuvo en Ávila, España.
El cardenal Sarah participó en las jornadas «Mujer, familia y sociedad», organizadas por el Instituto Berit de la Familia y la Universidad Católica de Ávila (UCAV), que se centró en las críticas a la ideología de género, haciendo hincapié en una batalla de la cual, según él, depende el futuro: «La familia es fundamental, el matrimonio monógamo y fiel es una célula básica», argumentó.
Sarah defendió la estructura tradicional del matrimonio y afirmó que «hay diferentes modos de destruir a la familia», comenzando por considerar «a la familia como algo abstracto, sin una estructura fija», informa Ical.
Respecto al aborto, se preguntó qué futuro se espera para una sociedad que destruye a los niños indefensos y débiles y afirmó que es una «sociedad violenta y criminal al destruir a una criatura indefensa». Además, insistió en que no hay futuro sin los niños, como se está viendo con la natalidad en lugares como París, Londres o Madrid, donde «vienen de otras culturas, que tienen otra religión y otra cultura y ellos sí tienen niños y esto crea un desequilibrio social».
A preguntas de los periodistas, aseguró que existen «dos fuerzas diabólicas: el ISIS o Estado Islámico y la teoría del género». En su opinión, el Estado Islámico trata «a la mujer como una mercancía, una esclava», y la teoría del género «niega la complementariedad entre el hombre y la mujer, entre lo masculino y lo femenino».
El cardenal se ha referido al hecho de que tanto la ONU como la UE hayan aprobado este tipo de leyes para decir que «de ahora en adelante esto es así porque está dictaminado con una ley».
En este sentido, ha propuesto «luchar» contra ello porque «esta ley va en contra de la naturaleza y de la enseñanza de Dios», pero «no sólo desde el punto de vista católico o creyente».
Desde su punto de vista, «esta batalla no es sólo de los cristianos, sino de los creyentes, porque los musulmanes están de acuerdo y defienden la humanidad».
Agencias |