“Es un deber de todos proteger a los niños, sobre todo a aquellos expuestos a un elevado riesgo de explotación, trata y conductas desviadas”. Es la admonición que dirigió el Papa en la audiencia en el día de la Jornada internacional por los niños desaparecidos.

Al final de la audiencia de este miércoles Francisco deseó que “las Autoridades civiles y religiosas puedan mover y sensibilizar las conciencias, para evitar la indiferencia frente al malestar de los niños solos, explotados y alejados de sus familias y de su contexto social, niños que no pueden crecer serenamente y mirar con esperanza al futuro. Invito a todos a la oración para que cada uno de ellos sea restituido al afecto de sus propios queridos”.

El Papa también dirigió su pensamiento hacia “la amada Siria”, recordando los atentados del lunes pasado “que han provocado la muerte de un centenar de civiles inermes. Exhorto a todos a rezar al Padre misericordioso, a rezar a la Virgen, para que done el descanso eterno a las víctimas, la consolación a los familiares y convierta el corazón de cuántos siembran muerte y destrucción”.

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