La organización salesiana Don Bosco Internacional (DBI), junto a otras cinco organizaciones cristianas europeas, han escrito una carta a los líderes europeos para pedir su rechazo al marco de Cooperación para las Migraciones que se está discutiendo estos días en el Consejo de la Unión Europea.
“Es decepcionante que los Estados miembros de la UE se centren en tomar medidas disuasorias en vez de buscar canales abiertos, seguros y legales para las personas que buscan protección en suelo europeo”, explica Ángel Gudiña, secretario ejecutivo de DBI.
En la carta enviada, las organizaciones dicen encontrarse muy preocupadas por varios aspectos como:
Los escasos presupuestos de ayuda vayan orientados a la gestión a corto plazo de la inmigración y al control de fronteras, asumiendo que esta es una solución para parar la inmigración, dejando a un lado las medidas de desarrollo estructural a largo plazo y dejando fuera también países que no son de origen o tránsito.
La obligación a terceros países de impedir que los migrantes dejen su territorio, por lo tanto forzándoles a violar el derecho humano de salir de un país, incluido el propio.
Condicionar las ayudas y el comercio a la readmisión y la devolución (forzosa) de los migrantes.
Las políticas de migración de la Unión se focalizan en la devolución y la readmisión en vez de en la protección y el respeto a los derechos humanos.
Cerrar las fronteras europeas a aquellos que buscan protección supone poner fin al derecho de las personas a solicitar asilo en caso de guerra, pobreza extrema, falta de oportunidades, desastres naturales…
Falta de respeto a la obligación de las políticas de desarrollo del Tratado de la Unión.
La falta de interés en la resolución de los conflictos en Oriente Medio, incluido el de Siria, y otros que obligan a millones de personas a abandonar sus hogares.
Para las organizaciones cristianas, las propuestas marco para la inmigración son “unaamenaza sin precedentes a los valores europeos y a los derechos humanos”.
