Quien persigue a los cristianos no hace distinción entre católicos, ortodoxos y protestantes. El camino para la unidad no es sólo el trabajo, muy importante de los teólogos, sino es rezar los unos por los otros, trabajar juntos para quien está en la necesidad.
El ecumenismo no es sólo el trabajo, si bien muy importante de los teólogos, sino también el camino, con la oración de los unos por los otros, con el trabajar juntos para quien lo necesite, Y está también el ecumenismo de la sangre, que “nos enseña el enemigo”, para el cual no hay católicos, ortodoxos y protestantes, sino sólo cristianos. Volvió a afirmarlo hoy el Papa Francisco que, antes de la audiencia general, recibió a los secretarios del “Christian World Communions”, una organización internacional de encuentro entre 19 Iglesias y comuniones cristianas.
“Tantas veces- les dijo el Papa Francisco- pensamos que el trabajo ecuménico y solamente es el de los teólogos. Por eso es importante que los teólogos estudien, se pongan de acuerdo y expresen el desacuerdo; esto en muy importante. Pero, mientras tanto el ecumenismo se hace camino. Y en camino con Jesús, no con mi Jesús contra tu Jesús, sino con nuestro Jesús. El camino es simple: se realiza con la oración y con la ayuda de los otros. Rezar juntos: el ecumenismo de la oración, los unos por los otros y todos por la unidad. Y luego, el ecumenismo del trabajo para los tantos necesitados, para tantos hombres y mujeres que hoy sufren injusticias, guerras… estas cosas terribles. Todos juntos debemos ayudar. La caridad hacia el prójimo. Esto es el ecumenismo. Esta es ya unidad. Unidad en camino con Jesús”.
“Hay otro ecumenismo que debemos reconocer y que hoy es tan actual: el ecumenismo de la sangre. Cuando los terroristas o las potencias mundiales persiguen a las minorías cristianas o a los cristianos, cuando hacen esto no se preguntan: “Pero, ¿tú eres luterano? ¿Tú eres ortodoxo? ¿Tú eres católico? ¿Tú eres reformado? Tú eres pentecostal?, no. “Tú eres cristiano”. Ellos reconocen uno solo: el cristiano. El enemigo o se equivoca, sabe muy bien reconocer donde está Jesús. Es esto el ecumenismo de la sangre. Hoy somos testigos y pienso en los frailes ortodoxos coptos degollados en las playas de Libia por ejemplo: son nuestros hermanos. Ellos han dado testimonio de Jesús y murieron diciendo: “Jesús ayúdame”. Con el nombre: han confesado el nombre de Jesús. Así el ecumenismo de la oración, ecumenismo de la oración, ecumenismo del camino; y el enemigo nos enseña el ecumenismo de la sangre”