AGENDA INTERNACIONAL | Por Georg EICKHOFF |
Las letras «A.P.T» describen un fenómeno nuevo en la política internacional. Significan «amenaza persistente avanzada» (Advanced Persistent Threat, en inglés) y se refieren a los centros de guerra cibernética que un estado utiliza para manipular los asuntos de otro país.
Una de las últimas acciones de gobierno de Barack Obama como presidente saliente de Estados Unidos fue pedir un informe exhaustivo a los organismos de inteligencia sobre las acciones del gobierno ruso de Vladimir Putin para manipular las elecciones norteamericanas por medio de la publicación de correos electrónicos hackeados y por la difusión de noticias falsas en internet. Una iniciativa bipartidista de senadores demócratas y republicanos busca instalar, además, un comité de investigación de los A.P.T. y de la interferencia rusa.
En Alemania, los jefes de los servicios secretos de este país alertan sobre la guerra cibernética de Putin contra Merkel que acompañará muy probablemente las próximas elecciones alemanas, después de algunas acciones en este sentido que ya detectaron. En el mes de septiembre de 2017, Merkel pretende ser reelecta para un cuarto período de gobierno.
Los analistas de ambos lados del Atlántico concluyen que a Putin le convienen gobernantes incompetentes, pragmáticos y manipulables como Trump y que le molestan gobernantes experimentados, firmes y orientados por valores como Merkel.
La nueva estrategia del Kremlin contra las democracias occidentales consiste, según analistas norteamericanos y europeos, en tres tipos de acciones: 1) apoyo a candidatos que prometen convertirse en gobiernos débiles; 2) ataque a candidatos que prometen convertirse en gobiernos fuertes; 3) ataque a la credibilidad de los sistemas electorales en general.
Estos son las acciones que, según revelaciones del diario Washington Post, ha reportado la CIA a las altas esferas del gobierno de Estados Unidos, en las últimas semanas. Donald Trump reaccionó con un ataque inusitado a los servicios secretos que pronto estarán bajo su mando, pero con poco respeto por un hombre que expresó que se considera demasiado inteligente como para escuchar diariamente a estos servicios.
Hay que esperar los resultados de las investigaciones del gobierno de Estados Unidos y de su parlamento. Pero, a estas alturas, ya no hay duda de que estamos ante una nueva amenaza del orden internacional. Los A.P.T. son un reto para las democracias occidentales.
¿Cómo se puede proteger Occidente contra los efectos de la publicación de emails privados y de noticias falsas? La amenaza de la palabra mal usada, la amenaza de creer en falsos profetas, la amenaza de ser nada más que una hoja que mueve el viento, es tan antigua como el ser humano. Hay un remedio antiquísimo que es la sencillez, la veracidad y la firmeza en nuestra comunicación. «Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no», reza el Sermón de la Montaña.