Caritas pidió, el pasado 15 de marzo,  que se brinde protección adecuada a los millones de niños refugiados ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Además exhorta a que se deje de criminalizar a los niños inmigrantes no acompañados.

Los conflictos por la guerra han provocado el desplazamiento forzado de millones de personas, de los cuales cerca de la mitad son niños, señaló Cáritas y la Santa Sede. En conjunto con la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para los Migrantes (OIM) expusieron los graves riesgos que sufre esta población.

“A muchos niños les hicieron viajar solos, como refugiados o migrantes económicos. Ellos se enfrentan al peligro de los traficantes de seres humanos y depredadores sexuales. Sus voces a menudos no se escuchan y sus necesidades son olvidadas o ignoradas”, afirma María Amparo Alonso Escobar, Responsable de la Delegación de Cáritas ante de la ONU, en Ginebra.

Por ello, Caritas denuncia la urgente necesidad de recibirlos y protegerlos. Porque, ante la situación actual por países de Medios Oriente, Asia y África, la migración a Europa se está volviendo casi obligatoria, y los pequeños crecen con la idea que, al llegar a dicho continente, sus condiciones mejorarán.

En paralelo a la sesión del Consejo de Derechos Humanos, la conferencia “Niños migrantes no acompañados: mantener su dignidad y derechos”, encabezada por el Padre Fabio Baggio y el P. Michael Czerny, se ofreció una experiencia directa de los desafíos que plantea el creciente número de niños refugiados y emigrantes.

Por ejemplo, en Caritas Roma, relató la Dra. Elisa Manna, se ofreció asistencia a 375 menores no acompañados, de ellos, el 96% eran de Egipto, Albania y Gambia. La edad media era de 16 años, pero más del 10% de ellos tenía entre 11 y 14 años. De esos niños, un 20% afirmó ser huérfano o que sus padres no podían ser contactados, muchos no tenían alguna escolaridad y la mayoría dijeron que sus padres eran obreros, campesinos o desempleados. En el caso de las niñas, sufrían explotación sexual por parte de los traficantes.

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