COLUMNA FE Y RAZÓN | Por Luis-Fernando VALDÉS |
La reciente visita del Presidente Trump al Papa Francisco el contiene un mensaje y una línea de acción que están más allá de las caras serias de la foto oficial. ¿Cuál es el contenido real de este encuentro?
1. El encuentro. La reunión entre ambos dignatarios fue muy bien descrita por los medios internacionales, en los que no faltó el comentario al atinado atuendo de la Primera. Como acertadamente comenta el periodista Ary Ramos, lo más importante de la visita de Trump al Vaticano “es lo que no se ve”: los temas de agenda internacional (Aleteía, 24 mayo 2107).
Hoy deseo destacar que lo que quizá pasó más desapercibido en la opinión pública fueron las peticiones del Papa a Trump sobre la paz, junto con el cuidado de la vida y el respeto a los migrantes.
La paz fue el gran tema de la reunión. En el comunicado de presa, la Santa Sede destacó, como punto clave del encuentro, “la promoción de la paz en el mundo mediante la negociación política y el diálogo interreligioso”, con particular referencia a la situación en el Medio Oriente y a la tutela de las comunidades cristianas.
2. Dos regalos llenos de significado. Durante el breve encuentro, el Pontífice obsequió una medallón con un olivo que representa la paz y la unidad. “Es un olivo, que es símbolo de la paz, con dos ramas. Aquí la división de la guerra, en el medio, y el olivo está tratando de reunirlos lentamente en paz”, le dijo el Papa al mandatario mientras le daba el obsequio.
“Nosotros necesitamos la paz”, fue la respuesta de Trump y, de inmediato, añadío Francisco: “Este es uno de mis grandes deseos: que usted pueda ser un árbol de olivo para la paz”. Además, el Pontífice regaló al Mandatario un ejemplar del Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2017, y le dijo: “Lo he firmado para usted personalmente”.
3. El monoteísmo y la paz. Detrás de ese intercambio de obsequios, hay una toda una estrategia por la paz, en la que la diplomacia y la religión se dan encuentro, aunque cada una permanece en su propio ámbito. Eso es lo que, entre líneas, destacó la nota de prensa.
La visita de Trump al Papa fue solo una escala del primer viaje internacional del Presidente de los Estados Unidos, que también incluyó a Israel y a Arabia Saudita. Sin duda, hay motivos políticos y estratégicos de los norteamericanos en esta aproximación de Trump a las tres grandes religiones monoteístas del planeta.
Pero es importante destacar que ahora mismo las religiones son un factor de diálogo y de cooperación internacional con los gobiernos civiles, de manera que son un interlocutor válido para la paz mundial.
¡Qué lejos en la historia ha quedado ya las guerras entre religiones! Por este papel social de las religiones buscando la paz, queda al descubierto la falsedad de los movimientos terroristas que justifican su violencia a nombre de la fe.
La paz fue el gran protagonista de la reunión entre el Papa Francisco y el Presidente Donald Trump. Utilizando el lenguaje de la diplomacia, expresado con regalos llenos de significado, el Pontífice le pidió al Mandatario de una de los países que puede equilibrar o romper el orden internacional, que sea como el olivo, un protagonista de la paz.
No se trata de pensar que Trump será un mecenas mundial o de que obedecerá al Papa. Más bien hay que entender que Francisco utilizó su prestigio moral para pedir personalmente al Presidente del poderoso país del norte que busque la paz. ¡Esto no es poco!
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com