«Creyentes de todas las religiones» están llamados a invocar la paz, mientras que «aquellos que cometen violencia o la justifican en nombre de la religión ofenden gravemente a Dios». El Papa Francisco lo dijo hoy en esta mañana, antes de la audiencia general, cuando recibió a los delegados de la » World Conference of Religions for Peace”.

«La paz, dijo, es también una tarea urgente en el mundo de hoy, donde tantas poblaciones están laceradas por las guerras y la violencia. La paz es, al mismo tiempo, un don divino y un logro humano. Por eso, los creyentes de todas las religiones están llamados a invocarla e interceder por ella; y todos los hombres de buena voluntad, especialmente los que tienen cargos de responsabilidad, están llamados a trabajar por ella, con el corazón, con la mente y con las manos, sí, porque la paz se construye de manera «artesanal». En este trabajo, la paz y la justicia se construyen juntas.

“En la construcción de la paz, las religiones, con sus recursos espirituales y morales, tienen un papel especial e irreemplazable. No pueden tener una actitud neutral, y, todavía menos, ambiguo, con respecto a la paz. El  que comete violencia o  la justifica en nombre de la religión, ofende gravemente a Dios, que es  paz y fuente de la paz, y ha dejado en el ser humano un reflejo de su sabiduría, su potencia y su  belleza”.

“Expreso mi aprecio y gratitud por la obra de Religions for peace ; brindáis un servicio precioso tanto a la religión como a la paz, porque las religiones están destinadas por su naturaleza a promover la paz a través de la justicia, la fraternidad, el desarme y el cuidado de  la creación”.

Entre las religiones hace falta también un esfuerzo común de colaboración para promover la ecología integral. La Biblia nos ayuda en esto, remitiéndonos a los ojos del Creador, que «vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno» (Génesis 1:31). Las religiones cuentan con recursos para favorecer juntas el progreso de una alianza moral que promueva el respeto de la dignidad de la persona humana y el cuidado de la creación. Gracias a Dios, tenemos muchos buenos ejemplos en diversas partes del mundo sobre la fuerza de la cooperación interreligiosa para oponerse a los conflictos violentos, para promover el desarrollo sostenible, para proteger la tierra. ¡Continuemos por este camino! Confiemos en la ayuda del Todopoderoso y en la buena voluntad de los creyentes y de muchas otras personas”.

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