EL OBSERVADOR |
Este 8 de febrero se celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata. Para la casión, el Papa Francisco ha propuesto el tema: “Emigrar sin trata. Sí a la libertad, no a la esclavitud”.
Hace cuatro años el papa Francisco convocaba por primera vez esta jornada con el lema “Una luz contra la Trata”. Elegía el día en el que se recuerda la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, la religiosa sudanesa que padeció durante su vida los sufrimientos de la esclavitud.
El tema quiere llamar la atención sobre la situación actual, que arroja cifras escalofriantes de personas que emigran de sus países de origen y terminan siendo víctimas de la trata. El número de víctimas aumenta de año en año. Millones de hombres y mujeres, niños y adultos, son víctimas de trata en todo el mundo. En palabras del papa Francisco se trata de un «un crimen contra la humanidad» y hace una llamada a hacerle frente y a cuidar a sus víctimas. “Necesitamos tanto eliminar las causas de este fenómeno tan complejo como también asistir adecuadamente a las personas que caen en los lazos de la trata” (Palabras del papa Francisco a los miembros del Grupo Santa Marta y RENATE, octubre-noviembre 2016).
Promueve esta Jornada el Comité para la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata, coordinado por Talitha Kum, la Red Internacional de la Vida Consagrada Contra la Trata de Personas. Colaboran la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA); el Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, la Sección Migrantes y Refugiados; Caritas Internationalis; la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas (WUCWO); el Grupo de Trabajo contra el Tráfico de seres humanos (UISG/UISG); y el Servicio Jesuita a los Refugiados.