EL OBSERVADOR |

“La usura humilla y mata”; es “un mal antiguo” y desafortunadamente muy presente, que, “como una serpiente, estrangula a las víctimas”. Es lo que el Papa Francisco ha dicho a los miembros de la Consulta Nacional contra la Usura, una asociación italiana que lucha contra esa práctica que consiste en el cobro excesivo de intereses por un préstamo.

Francisco denunció esta práctica como un “pecado grave: mata la vida, pisotea la dignidad de las personas, es vehículo de corrupción y obstaculiza el bien común. Ella debilita también los fundamentos sociales y económicos de un país”. De hecho, con “tantos pobres, tantas familias endeudadas, tantas víctimas de graves delitos y tantas personas corruptas ningún país puede programar una seria crecimiento económico ni mucho menos sentirse al seguro”.

Adoptar un estilo de vida sobrio

El Papa señaló que es necesario prevenir la usura, “rescatando a las personas de la patología de la deuda contraída”. Y es posible hacerlo “educando a un estilo de vida sobrio, que sepa distinguir entre lo que es superfluo y lo que es necesario y que responsabilice a no contraer deudas para procurarse cosas a las que se podría renunciar”. Es crucial “recobrar las virtudes de la pobreza y del sacrificio: de la pobreza, para no convertirse en esclavos de las cosas; y del sacrificio, porque de la vida no se puede recibir todo”.

Además hay que formar “una mentalidad basada en la legalidad y la honestidad, tanto en individuos como en instituciones; aumentar la presencia de un voluntariado motivado y disponible al servicio de los necesitados, para que estos se sientan escuchados, asesorados, guiados, para rescatarlos de su condición humillante”, afirmó Francisco.

El Papa observó que “en la base de toda crisis económica y financiera siempre hay una concepción de la vida que pone primero a las ganancias y no a la persona”. Por el contrario, la dignidad humana, “la ética, la solidaridad y el bien común deberían siempre estar al centro de las políticas económicas implementadas por las instituciones públicas. De ellas se espera que desanimen, con medidas adecuadas, instrumentos que, directa o indirectamente, sean causa de la usura, como, por ejemplo, el juego de azar”.

Apoyar a las víctimas de la usura

El Papa también alentó a esa asociación anti-usura, fundada por sacerdotes italianos hace 26 años, a afrontar la usura y la corrupción: “ustedes pueden transmitir esperanza y fuerza a las víctimas, para que puedan recuperar la confianza y volver a levantarse de sus necesidades”. También reconoció su labor, con la cual “han salvado de las garras de la deuda usurera y del peligro de la usura a más de 25 mil familias”.

Además admitió que el trabajo de la red anti-usura “es difícil”, porque “se trata de colaborar para que el sistema económico-social sea humano y para que el mensaje evangélico pueda iluminar el corazón y el alma de las personas, como un día sucedió a Zaqueo, rico y corrupto jefe de los publicanos de Jericó, y a su colega Mateo, a quien Jesús miró con misericordia y eligió como discípulo, y que desde hace un año es Patrón de las Fundaciones Antiusura”.

Finalmente, les dijo que frente a los usureros: “ustedes pueden ser un llamado al sentido de humanidad y de justicia, ¡a cobrar conciencia de que en nombre del dinero no se puede matar a los hermanos!”.

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