El salvadoreño que salvó a 40 mil judíos de las garras de los nazis
El Despertador Hispano / Redacción
El nombre del coronel José Arturo Castellanos (San Vicente, 1891- San Salvador, 1977) no «resuena» cuando se hace el recuento de los «Schindler» de la Segunda Guerra Mundial. Pero este militar, activista pro derechos humanos y diplomático salvadoreño estaría muy por encima de muchos que han sido elegidos en esa lista de «Justo entre las naciones». Y es que, según cifras y recuentos oficiales, Castellanos salvó la friolera de 40 mil judíos en los años aciagos de la Shoah.
Reconocido mucho después de su muerte
El coronel José Arturo Castellanos, como cónsul general de El Salvador en Ginebra de 1942 a 1945, desarrolló una intensa batalla para defender la vida de miles de judíos perseguidos por los nazis. Los certificados de nacionalidad que expidió Castellanos no contaban con el aval del gobierno salvadoreño. Actuó con astucia, pero bajo su propio riesgo.
Apenas en 2010 este católico salvadoreño fue reconocido póstumamente con el título de «Justo Entre las Naciones» otorgado a los no judíos por Yad Vashem, una institución del gobierno israelí constituida para honrar la memoria de los mártires y los héroes del Holocausto.
En su biografía, publicada en el sitio web de Yad Vashem, se indica que en 1938 a la edad de 44, ante las atrocidades que veía, preguntó a sus superiores si podía concederles visas a los judíos para que pudieran escapar del país, pero esta petición fue denegada. Un año después hizo la misma solicitud al Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador en la que describió la situación de los judíos y pidió su ayuda. Esta petición también le fue negada.
El coronel desobedeció las órdenes recibidas del gobierno de su país y comenzó a extender visas y nacionalidad salvadoreña a judíos para evitar que fueran enviados a los campos de concentración.
La «trama salvadoreña»
En 1942 Castellanos, en su papel de cónsul implementó la «trama salvadoreña». El coronel autorizó a Mandel-Mantello a entregar secretamente pasaportes y certificados de ciudadanía salvadoreña a los judíos.
La institución Yad Veshem explicó que los que obtuvieron estos beneficios se salvaron porque El Salvador fue considerado un país neutral por no apoyar a ninguna de las partes que lucharon durante la Segunda Guerra Mundial.
Castellanos hizo la emisión de más de 13 mil documentos salvadoreños que se hicieron sin ningún cargo. Estos documentos fueron enviados a través de sus contactos a judíos que residían en Francia, Hungría, Alemania, Holanda, Eslovaquia y Rumania.
Según el sitio web «Castellanos Movie», la emisión de un solo documento era suficiente para salvar a toda una familia. A través de este trabajo realizado entre los años 1942 y 1945, Castellanos logró salvar a unos 40 mil judíos.
Después de las elecciones de 1944, el nuevo presidente de El Salvador, Salvador Castañeda Castro, a diferencia de su predecesor, involucró a su país en la protección de los judíos en lugares como Hungría y proporcionó apoyo a Castellanos en su misión de rescate.
Actualmente, miles de estos certificados que otorgaron la nacionalidad salvadoreña a judíos en Europa se exhiben en el Museo del Holocausto en Washington, la capital de Estados Unidos.
Semblanza de José Arturo Castellanos
Castellanos se casó con María Schürmann de Suiza, y la pareja tuvo tres hijos.
Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó en 1945 fue enviado a Londres y se retiró en 1972 a la edad de 79 años.
Regresó a El Salvador, donde llevó una vida tranquila hasta su muerte en 1977, sin haber recibido ningún reconocimiento por su trabajo
Después de su muerte, varias instituciones comenzaron a celebrar homenajes en memoria del coronel Castellanos.
Es el cuarto latinoamericano en recibir el título de «Justo entre las naciones».
Publicado en El Despertador Hispano