1 La Corona circular: El círculo hace presente la figura perfecta que no tiene principio ni fin, evocando la eternidad de Jesucristo, único Dios verdadero.
2 El follaje verde: Originalmente hecha con ramas verdes de árboles perenes (pino, abeto, etc.), representa a Cristo eternamente vivo y presente entre los hombres.
3 Frutas: Ya sean manzanas, cerezas, etc., o bien esferas en su sustitución, representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva. Hablan, pues, del pecado, de la expulsión del Paraíso y el anhelo permanente del hombre de regresar a él.
4 Adornos rojos: Ya sean los frutos o esferas ya citados, o bien algunos listones u otro adorno de color rojo significa el amor de Dios que envuelve a la humanidad.
5 Las cuatro velas: Representan los cuatro domingos de Adviento. Pueden ser blancas, rojas o de cualquier color; también pueden ser tres moradas y una rosa, acordes con los colores litúrgicos del Adviento. Cada una representa la Luz de Cristo, que con su llegada cada vez más próxima ilumina al mundo.
6 Encendido de las velas: El primer domingo de Adviento se enciende una morada; el segundo, dos moradas; el tercero, dos moradas y la rosa; el cuarto y último, las cuatro velas.
Un símbolo que se ha ido extendiendo cada vez más en ambientes católicos en todo el continente americano desde hace varias décadas es la Corona de Adviento.
Ésta tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol:
Los pueblos germánicos pre-cristianos colocaban las velas en coronas que elaboraban con ramas verdes, como un signo de esperanza en el retorno de los días cálidos y la prolongación de la luz del sol de primavera.
En Escandinavia durante el invierno las velas encendidas eran colocadas alrededor de una rueda, y se ofrecían oraciones al dios de la luz para activar «la rueda de la tierra» de vuelta hacia el sol, para alargar los días y restaurar el calor.
Los primeros misioneros cristianos aprovecharon esta tradición para evangelizar a dichos pueblos paganos.
Según algunos, desde la Edad Media, en algunas zonas de Europa los cristianos utilizaron coronas de Adviento como parte de la preparación espiritual para la Navidad, ya que Cristo es la Luz que vino al mundo para disipar la oscuridad del pecado. Según otros, la Corona de Adviento tiene su origen en el protestantismo de Lutero. Como quiera que sea, la Corona de Adviento se convirtió en una tradición casi sagrada en Alemania, anunciando la llegada del Niño Dios, con cuatro semanas de antelación, correspondiente a los cuatro domingos de Adviento de la liturgia católica, que el protestantismo histórico también respetó.
TEMA DE LA SEMANA: PREPARADOS PARA EL ADVIENTO
Publicado en la edición impresa de El Observador del 25 de noviembre de 2018 No.1220