Por Raúl Espinoza Aguilera
El escritor George Orwell (1903-1950) fue un periodista y escritor inglés de la primera mitad del siglo pasado. Ha sido un autor célebre, sobre todo, por dos de sus obras: “Rebelión en la Granja” (1945) y “1984” (1949).
Su biografía ha sido azarosa y cambiante. Tenía mucha sensibilidad por las cuestiones sociales. En un principio apoyó a los movimientos de izquierda. Posteriormente, junto con otros muchos intelectuales, artistas y periodistas se unió a las “Brigadas Internacionales” cuando estalló la Guerra Civil Española (1936-1939) para apoyar la causa de la república.
Pero pronto se percató de que los dirigentes de la república española, habiendo comenzado con un socialismo moderado, paulatinamente se fueron radicalizando y se vieron arrollados por el marxismo-leninismo de José Stalin, quien desde el Kremlin (Moscú) dictaba órdenes al Partido Comunista Español.
Como buen analista político fue desentrañando el modo de cómo se manipulaba a los medios de comunicación y, a través de ellos, se difundían numerosas y graves mentiras. Así que Orwell, ya convencido de la manipulación colectiva, cambió de giro y comenzó trabajar publicando sus escritos en los que delataba estos abusos políticos.
Pero en 1937 sufrió un grave atentado en Barcelona, en el que estuvo a punto de ser asesinado.
De inmediato, salió huyendo hacia Gran Bretaña. De esta manera, de ser un simpatizante de los gobiernos de izquierda, a través de su aguda pluma, pasó convertirse en una voz de denuncia contra los gobiernos totalitarios y manifestó su postura en favor de la democracia. Afirmaba que el gobierno de Stalin representaba una permanente amenaza en contra de las libertades de los países de Occidente.
“Rebelión en la Granja” (1945) es una novela satírica, una fábula mordaz sobre el régimen de José Stalin. El argumento se centra en que un grupo de animales de una granja se rebelan contra unos dueños humanos déspotas. Los expulsan, pero en poco tiempo, la granja se convierte en un gobierno mucho peor, con una dictadura inmisericorde y brutal. Se trata de un análisis –sencillo pero profundo– del poder político y los peligros de ceder ante la tentación totalitaria.
En la novela “1984”, este autor muestra las múltiples herramientas que los Estados modernos poseen para ejercer un control absoluto y férreo sobre sus ciudadanos. Aparece “El Gran Hermano”, quien todo lo vigila, lo observa meticulosamente, y, si la autoridad suprema considera que algún ciudadano ha atentado contra el régimen, es rápidamente castigado con la prisión o con la muerte. En mi opinión es una obra profética.
El protagonista, Winston Smith, aparece como el símbolo de la rebelión frente al “Gran Hermano”. Éste se ha llegado a apoderar de la vida y la conciencia de todos sus súbditos, incluso interviniendo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos. Winston es descubierto en su inconformidad contra este sistema de permanente observación policiaca y es conducido a una “clínica psiquiátrica”, donde le dicen: “Te vaciaremos de ti y te rellenaremos de ¡nosotros!”.
Este tipo de supuestas “clínicas psiquiátricas” contra los disidentes de los diversos regímenes comunistas fueron empleadas por décadas en la U.R.S.S., y todavía se emplean en Cuba y Venezuela. Las palabras de George Orwell han resultado proféticas y, sin duda, el peligro de la tentación totalitaria sigue vigente en nuestros días.
Publicado en la edición semanal digital de El Observador del 24 de mayo de 2020. No. 1298