Por Arturo Maximiliano García
El cigarro es sin duda un vicio, pero también, dirán algunos, un derecho de cada individuo el consumirlos. Sin embargo, se trata también de un producto que afecta, en gran parte de los casos, la salud de quienes fuman y que en algún momento genera un costo social, porque la atención de las enfermedades derivadas de su consumo son tratadas, en buena medida, en instituciones públicas cuyo financiamiento lo aportamos todos.
Es entre otras cosas por lo anterior que se les carga un impuesto al consumo y que lo pagan directamente quienes los fuman. Así también es una fuente de recaudación, porque cuando se aumentan los impuestos al cigarro, la gente no deja de fumar, simplemente absorben el aumento de precio derivado del impuesto,
El año pasado se aumentó el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), por lo que en este 2020, los fumadores pagaron prácticamente 50 centavos por cada cigarro que trae una cajetilla, mientras que en 2019 se pagaban 35 centavos por cigarro. El aumento al IEPS en el cigarro para este año significó, tan sólo en enero, una recaudación de $19,570 millones de pesos, más de 440 por ciento comparado con el mismo mes de 2019. Este es un ejemplo de que cuando se incrementa el impuesto a los cigarros se recauda más, pero no se deja de consumir.
Ahora que estamos en los tiempos de la aprobación del paquete fiscal por parte del Congreso, algunos legisladores han propuesto de nueva cuenta, como se hizo para este año, se aumente el IEPS para los cigarros, lo que haría, conforme a lo planteado, que en promedio una cajetilla de 20 cigarros costara 30 pesos más, lo que en caso de ser aprobado entraría en vigor el 1 de enero de 2021.
Más generalidades sobre los aumentos de impuestos al cigarro:
Bienes inelásticos.
A este fenómeno donde cosas que suben de precio no las dejamos de comprar, o al menos no en la proporción del aumento de precio, se le conoce como inelasticidad de la demanda o en particular bienes inelásticos cuando lo aplicamos el concepto a un producto en concreto.
¿Pagar más o fumar menos?
Aunque algunos legisladores dicen que aumentan impuestos al cigarro para que se fume menos, la característica de estos, como bienes inelásticos, hacen que en realidad se recaude más pero la gente sigue fumando casi igual. Históricamente cuando se requiere de más ingresos por parte del gobierno se acude a este tipo de productos para imponerles más impuestos toda vez que eso significa dinero para las arcas públicas.
¿A dónde va ese dinero?
Aunque muchos esperarían que el recurso recaudado por el consumo de cigarro fuera directo a políticas que ayuden a evitar que más personas fumen, la realidad es que no hay una relación directa. El dinero recaudado llega a una bolsa sin que esté etiquetado particularmente para un destino para que sea gastado.
¿Sólo el cigarro?
No. Otros productos, como la cerveza, el alcohol y refrescos, tienen el mismo comportamiento, donde si incrementas los impuestos, es decir, encareces el producto lo que sucede es que se recauda más pero la gente no deja de comprarlos.
El aumento y mis finanzas.
Los vicios son difíciles de dejar, pero si en lugar de pagar en una tienda de conveniencia unos cigarros, puedes abonar ese dinero ahí mismo a tu Afore. Te sorprenderías de cuánto se puede acumular y los intereses que te generaría para tu retiro.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 18 de octubre de 2020. No. 1319