El reto es el 6 de junio restarle poder al Ejecutivo y después del 6 de junio quitarle —por medio de la participación democrática— el poder a los partidos políticos.
Los partidos políticos se han convertido, en México, en las únicas instituciones “capaces” de hacer y deshacer en la vida política de México. Se ha llegado a decir que nuestra democracia es una partidocracia.
En estos años, con el triunfo del partido Movimiento de Regeneración Nacional en 2018, hemos visto repetirse la historia de un solo partido que hace y deshace con el solo interés del presidente.
Eso es exactamente lo contrario a la democracia, cuya raíz etimológica quiere decir “poder del pueblo”. Los partidos son organizaciones de interés público, no mecanismos de control o empresas al servicio del presidente.
Primero, este 6 de junio, debemos votar para equilibrar los poderes en el país; después, tenemos que participar para volver a los partidos políticos entidades de interés público, no botines del dinero público.