Está circulando por las redes un documento en pdf que, supuestamente basándose en los resultados de la primera autopsia de un paciente que murió tras haber recibido una vacuna contra la covid-19, hace aseveraciones falsas, como que la inmunización no impidió que el virus ingresara a todos los órganos del cuerpo” o que “la vacuna no funciona en absoluto”. Los desmontamos. 

“La primera autopsia de una persona vacunada contra el COVID-19, que dio negativo 18 días después de la admisión al hospital pero 24 días después de vacunarse, reveló que se encontró ARN viral en casi todos los órganos del cuerpo. La vacuna, aunque desencadenó una respuesta inmune, no detuvo que el virus ingresara a todos los órganos del cuerpo”

El estudio oficial en el que se basa la afirmación trata el caso de un hombre de 86 años que vivía en una residencia de ancianos y que falleció cuatro semanas después de recibir la primera dosis de Pfizer. Aunque no presentó ningún síntoma específico de covid-19, sí dio positivo de SARS-CoV-2 antes de morir. La causa real de la defunción fue insuficiencia renal y respiratoria aguda de origen bacteriano. La relación de su muerte con el coronavirus no se ha probado.

Son las conclusiones de la primera autopsia de un paciente que había recibido ya una vacuna contra la covid-19. Los resultados quedaron plasmados en un informe y, posteriormente, fueron publicados el pasado junio en la revista International Journal of Infectious Diseases junto a un trabajo de investigación donde científicos en Alemania investigaron la presencia de ARN viral en el cuerpo del fallecido, ahondando en las causas reales de la muerte y calculando hasta qué punto el SARS-CoV-2 fue determinante.

Las causas reales de la muerte

Lo que dice el estudio es que “nuestro paciente falleció de una neumonía bacteriana, no de covid-19, aun habiendo dado positivo por SARS-CoV-2”, indica Torsten Harsen, investigador líder. Esta afirmación choca con el mensaje que nos habéis enviado, que asegura que la “vacuna no funciona en absoluto, o que el virus disfruta de la mejora dependiente de anticuerpos (ADE), lo que significa que en realidad se propaga MÁS RÁPIDO en las personas vacunadas”.

Los autores dejan claro que sus datos sugieren que “la respuesta inmune debido a la vacunación fue capaz de prevenir covid-19”, aunque una primera dosis de vacuna puede generar un cierto nivel de anticuerpos que no es suficiente para proteger de una infección por SARS-CoV-2.

Respecto a la mejora dependiente de anticuerpos (ADE, en inglés), el mensaje también da un dato falso: dice que lo que se observa en los diferentes órganos significa que los anticuerpos inducidos por la vacuna hacen que la infección se propague más rápido (el llamado efecto ADE): “Esto es también erróneo”, señala Adelaida Sarukhan, inmunóloga y redactora científica del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona.

“Todos los ensayos clínicos y los cientos de millones de personas vacunadas hasta ahora demuestran que la vacuna genera una buena protección contra la infección y la enfermedad y que existe una fuerte correlación entre dicha protección y el nivel de anticuerpos anti-Spike neutralizantes generados por la vacuna”, concluye.

Recordemos que el ADE es un fenómeno bastante paradójico: hace que los anticuerpos de nuestro sistema inmune, que supuestamente combaten las infecciones en el cuerpo, se vuelvan contra él, empeorando incluso la enfermedad.

Un estudio usado para desinformar

Poco después de la publicación de su investigación, Harsen, emitió un comunicado desmontando algunas de las aseveraciones falsas que se habían publicado sobre su trabajo, especialmente las del presentador de radio Hal Turner, a través del podcast que dirige, como explicó la agencia de verificación FactCheck.org, miembro como Verificat de la International Fact-checking Network.

Ahora, una persona cuya identidad se desconoce, ha rescatado las declaraciones de Turner y traducido al castellano, compartiendo por diversos grupos de Telegram un documento con estas desinformaciones. Por ejemplo, en el texto se dice que “la vacuna, aunque desencadenó una respuesta inmune, no detuvo que el virus ingresara a todos los órganos del cuerpo”. No es cierto: en el texto científico, los investigadores dicen que encontraron ARN viral en casi todos los órganos “analizados”, que en palabras a Verificat del mismo líder del estudio, fueron “solo nueve” (orofaringe, mucosa olfatoria, tráquea, pulmones, corazón, riñón y cerebro, excepto el hígado y el bulbo olfatorio), de los cuales solo encontraron restos de ARN del virus en siete (en todos menos el hígado y el bulbo olfatorio).

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Photo by Mat Napo on Unsplash

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