A través de un comunicado, la Dimensión de Vida de la Conferencia Episcopal mexicana, exhorta a los ministros de la Suprema Corte de Justicia a que reconozcan «plenamente el derecho a la vida sin discriminación antes o después de nacer, sin regresiones, ni condiciones injustas y sin caer en la lógica de la cultura del descarte».

Monseñor Jesús José Herrera Quiñonez, obispo de la Diócesis de Nuevo Casas Grandes y responsable de la Dimensión de Vida de la Conferencia Episcopal mexicana, ha publicado un comunicado ante el análisis en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre una acción de inconstitucionalidad relacionada con el derecho humano a la vida, en la Constitución del Estado de Nuevo León.

En el escrito, el prelado exhorta a los ministros de la Suprema Corte de Justicia a que reconozcan «plenamente el derecho a la vida sin discriminación antes o después de nacer, sin regresiones, ni condiciones injustas y sin caer en la lógica de la cultura del descarte».

Proteger la vida con humanidad y solidaridad

Según informa un artículo publicado en la página web del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene previsto analizar una acción de inconstitucionalidad relacionada con el reconocimiento del derecho humano a la vida desde la concepción, presente en la Constitución del estado de Nuevo León, por lo que que el prelado recuerda que contraponer los derechos de la madre y el derecho a la vida del hijo en su vientre es un falso dilema.

En este sentido, Monseñor Herrera Quiñonez hace hincapié en que la única aproximación justa y ética que debe tenerse en cuenta en estos casos «es que debe protegerse con la misma humanidad y solidaridad», tanto en la Constitución Federal como en las constituciones locales y en cualquier ley; «a la mujer embarazada como a su hijo en gestación, pues ambas vidas tienen igual dignidad y merecen el mismo respeto y protección».

Lograr un acuerdo a favor de la mujer y la vida

La invitación de la Iglesia, por tanto, es a emprender el camino de un gran acuerdo Nacional «a favor de la mujer y de la vida que proteja en la misma proporción a la madre y al hijo en toda circunstancia y se ocupe de estar al tanto de superar las circunstancias que llevan a una mujer a considerar la práctica de un aborto como una supuesta solución para que no se vea truncado su proyecto de vida o lo que tenía previsto a mediano o largo plazo».

«El aborto siempre quita la vida de un hijo y deja a una madre sin su hijo. Recuperemos la capacidad de mirar y acoger con plena solidaridad y humanidad a todos,» concluyó el prelado, encomendando a Santa María de Guadalupe esta situación para que sea ella «quien proteja a los niños en gestación y a sus madres en medio de esta coyuntura de gran trascendencia para el país».

Vatican News

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