ACN.- En medio del caos de la gran ciudad, unos ángeles cuidan y velan a los enfermos sin descanso y con la convicción de ver en el hermano sin salud, el rostro de Jesús. Ese es el carisma de la congregación de las Siervas de María Ministras de los Enfermos.

Esta misión es doblemente loable cuando es desarrollada en uno de los países con mayor necesidad en el mundo como lo es Cuba, desde 1875 las Siervas de María Ministras de los Enfermos, realizan su apostolado en la isla caribeña.

Ellas por la noche velan en los hospitales o en sus casas a los pacientes y durante el día los asean a y les preparan la comida. La pandemia ha dificultado mucho este servicio, pero siempre están dispuestas a realizarlo, porque aseguran Dios les da fuerza para seguir trabajando en medio de la enfermedad.

“La sierva sale como una estrellita para iluminar la noche del enfermo, del mundo; ora y ofrece su sueño, su cansancio, para que otros descansen. Ama a Dios en cada paciente, en ese Cristo crucificado que pide por toda la humanidad. A diecinueve años de entrega, Dios sigue invitándome al servicio”, comenta Sor María Isabel Soto.

Las Hermanas son agua en el desierto de las familias que enfrentan la enfermedad de alguno de sus miembros y no cuentan con recursos para pagar una enfermera cuando tienen que salir a trabajar o son un bálsamo para los que no tienen quien los acompañe en su padecimiento.

Pero las Siervas de María no concluyen su labor de ser ángeles para los enfermos, todos los días llegan a las puertas de su convento personas en busca de ayuda, más de treinta pobres, alcohólicos y enfermos mentales llaman a la puerta para recibir ayuda, consuelo y cuidados. También dan el catecismo a los niños de la comunidad.

Dado que las religiosas prestan su servicio por amor y desinteresadamente, ellas mismas también son materialmente pobres. Por ello, están muy agradecidas por las donaciones de nuestros benefactores como contribución a sus gastos de manutención.

La Hna. María Isabel nos escribe: “Una vez más queremos expresar nuestra gratitud, que también se hace eco de la gratitud de tantas personas que se benefician de nuestra presencia y de nuestro servicio en medio de este pueblo. Rogamos a Dios Padre que, en Su providencia, los siga bendiciendo y despierte la generosidad en muchos corazones para que compartan con los más desfavorecidos”.

ACN apoya cada año a miles de religiosas en todo el mundo: en 2020 fueron más de 18.000. Si deseas ser parte de los que ayudan a las Siervas de María Ministras de los Enfermos puedes visitar: https://acn-mexico.org/quiero-donar

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