Por Jaime Septién

A escuchar con los oídos del corazón nos llama el Papa. El pretexto es el mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Hoy no fue solo para los periodistas. Fue para los políticos, los papás, los obispos, los sacerdotes, los fieles, las mamás, los hijos, los hermanos, los maestros, los alumnos… Fue para todos. Porque todos “estamos perdiendo la capacidad de escuchar a quienes tenemos delante, sea en la trama normal de las relaciones cotidianas, sea en los debates sobre los temas más importantes de la vida civil”.

Si se escucha “con los oídos del corazón”, se le da un lugar al otro. Un lugar amistoso. Es el imperativo del diálogo. Y el diálogo es lo que construye una civilización. Qué horrible es el panorama que estamos viviendo en México. Lo que vemos es un desolador coro de sordos; piedras que a lo más que aspiramos es a chocar. Y a llevarnos la mejor parte del choque… Este mensaje debería ser leído y asumido por cada uno de nosotros (damos las claves en este número) si de verdad queremos salvar del naufragio a nuestro país. Comenzar por la familia. Escuela de escucha.

Ya se sabe que no es lo mismo oír que escuchar. Oír es captar el ruido. Escuchar es captar el alma. Martin Buber: “El que dice tú no tiene algo, no tiene nada. Pero tiene una relación”. Decir tú es escuchar al otro desde dentro. Y no hay nada que edifique más al hombre que tener una relación. Esa es la libertad.

TEMA DE LA SEMANA: EL OLVIDADO ARTE DE ESCUCHAR AL OTRO

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 6 de febrero de 2022 No. 1387

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