El origen y el significado de infinidad de nombres geográficos es realmente curioso e inesperado. ¿Qué hay detrás, por ejemplo, de topónimos como Arizona, Buenos Aires, California o San Luis Potosí? ¿O por qué Chile lleva el nombre del fruto picante de origen mexicano, y la capital peruana el nombre de un cítrico?

  • Arizona suena en castellano a “zona árida”, lo que designaría con bastante propiedad su gran extensión desértica. Pero la mayoría de los estudiosos sostiene que viene del vasco aritz ona, que significa “roble bueno”. Otra teoría es que viene del idioma de la tribu Pima, que ahí habitaba; su nombre sería arizonac, que quiere decir “pequeño manantial”, o bien alĭ sonak, que significa” primavera pequeña”.
  • La ciudad de Buenos Aires primero se llamó Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre, nombre que le dio el conquistador español Pedro de Mendoza en 1536 para honrar a la Santa Patrona de los navegantes sevillanos.
  • California proviene del latín callida fornax, que significa “horno caliente”, y fue Hernán Cortés el autor de este topónimo.
  • San Luis Potosí toma su nombre de san Luis, rey de Francia, y Potosí de la comparación con las ricas minas del Potosí de Bolivia. Potosí es de origen quechua, y esta toponimia también llegó a Colombia, Nicaragua y Venezuela.

Topónimos vegetales

Suena simpático que exista en Castilla, España, un pueblo llamado Pepino, especialmente porque no se dedica a cultivar dicho vegetal sino la vid.

Lo cierto es que del lado americano existen demasiados poblados con nombres de vegetales. En México, por ejemplo, abundan las pequeñas rancherías con el nombre de El Guayabo, El Sauz, La Higuera, Los Pinos, El Naranjo, etc.

En cuanto a Lima, la capital de Perú, su nombre no tiene nada que ver con la fruta. Se deriva de límaq, que a su vez viene del quechua rímaq, que significa “el que habla”. El nombre oficial del río que cruza la ciudad es Rímac, al que se lo conoce como “el río hablador” porque al arrastrar piedras genera un sonido similar a un balbuceo.

Y, acerca de Chile, dicho país no tomó el nombre de la palabra náhuatl chilli, que se refiere al vegetal, sino de una del quechua que es idéntica, chilli, pero que significa “confín”, porque era el límite del imperio para los incas.

Los más extravagantes

Hay lugares con nombres realmente sorprendentes:

  • En Turquía una ciudad se llama Batman, aunque no por el personaje del cómic, sino por el nombre del río que cruza la urbe.
  • Peor es Nada se llama una localidad en Chile.
  • En Argentina existe el poblado Salsipuedes, y otro de nombre Cajón de Ginebra Grande.
  • En España, en la provincia de Badajoz, está el municipio Malcocinado. En Almería existe el poblado Matagorda, que en realidad se refiere a una planta muy grande de la zona. Y en Galicia está la comunidad Parderrubias, deformación del latín Pera rubeas, que significa “piedras rubias”.
  • En el estado brasileño de Sao Paulo un municipio tiene el nombre de Presidente Prudente.
  • En Arkansas, Estados Unidos, hay un lugar llamado Sweet Home, es decir, “dulce hogar”.
  • En República Dominicana un poblado se llama Canta Rana.
  • En Uruguay, en el departamento de Soriano, hay una localidad de nombre Sacachispas.
  • Xbox, en Yucatán, México, tiene el nombre idéntico al de la famosa marca de consolas de videojuegos, pero proviene del maya y significa “la negra”.

Algunos largos

Entre los topónimos largos y, por lo mismo, difíciles de pronunciar por vez primera, figuran estos de México: Tangamandapio y San Juan Parangaricutiro (en Michoacán), Tlatlauquitepec (en Puebla) o Bacadéhuachi (en Sonora).

El campeón en extensión es el nombre de un pueblo en Gran Bretaña, en idioma galés, que traducido al español es “Iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y la Iglesia de San Tisilio cerca de la gruta roja”.

TEMA DE LA SEMANA: “AMÉRICA LATINA: UNA REGIÓN, DOS MUNDOS»

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 20 de febrero de 2022 No. 1389

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