El pasado 9 de marzo a las 12:00 pm, hora local de la Ciudad de México, se realizó la “Jornada ecuménica de oración por la paz”, organizada por Terra Sancta México, en unión con Magdala, Catholic.net, Zenit, Regnum Christi, Desde la fe, Conferencia del Episcopado Mexicano, El Observador de la actualidad y Unión de Voluntades. En dicho acontecimiento participaron: Mons. Ramón Castro Castro, Secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano; Mons. Rodrigo Aguilar, Presidente de la Comisión Episcopal para el diálogo Interreligioso y comunión; Mons. Alberto Meouchi, de la Eparquia Maronita de México; Mons. George Saad Abiyunes, Obispo de la Eparquía Maronita de México; el Padre José Eduardo Roja, Secretario Ejecutivo de la CEDIC. Se tuvo también la participación especial de: el Archimandrita Nektariy Hajji-Petropoulos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en México, el Rev. Padre Hieromonje Kristorfor y el Rev. Padre Hieromonje Arseniy, quienes rezaron junto con fieles rusos y ucranianos en el Monasterio Ortodoxo de la Santísima Trinidad, en Ciudad de México.

Los mensajes que se pronunciaron por parte de los participantes durante el rezo del Santo Rosario y del “Moleben” – Oficio de súplica a la Santísima Virgen – fueron los siguientes:

Mons. Ramón, Castro Castro, Secretario de la CEM:

Queridos hermanos y hermanas, estamos viviendo momentos de graves dificultades. Nuestra generación ha sido testigo de tantas realidades importantes de la historia de la humanidad, el cambio de milenio, terremotos, tsunamis, la pandemia; y dentro de esta realidad pandémica se encuentra esta triste guerra entre Ucrania y Rusia. Sabemos dónde y cómo comienza la guerra, pero no sabemos cuándo ni exactamente cómo va  a terminar una guerra; a veces ni siquiera lo imaginamos y sabiendo la peligrosidad que existe por las potencias nucleares que están involucradas la preocupación es mucho más grave.

Vuelvo a insistir lo que es una convicción para su servidor y para tantas gentes buenas: tenemos que orar por la paz. Dios todo lo puede, para Dios no hay imposibles. La más grande derrota de la humanidad es la guerra. No permitamos que esa derrota una vez más venga a herir gravemente la historia de la humanidad. Los invito a todos, de cualquier religión y de cualquier convicción religiosa que oremos juntos por la paz. Pidamos a Dios que lleve a los corazones de aquellos que tienen en sus manos la posibilidad de encontrar caminos de diálogo y paz, que la busquen, que luchen por ella. Nosotros no podemos ir a un campo de batalla, pero sí podemos ir al campo de batalla del corazón a través de la oración.

El Santo Padre, el miércoles de Ceniza, ha invitado para una jornada universal de oración por la paz. Vamos a aprovecharla. Vamos a poner lo que cada uno de nosotros puede y potencialmente es capaz. Estamos todavía a tiempo de evitar una catástrofe mayor. Utilicemos el arma más poderosa: la oración.

Canónigo Juan Castillo, desde la Basílica de Guadalupe (Primer misterio glorioso):

La Resurrección de Cristo, el misterio más importante de nuestra fe. Jesús aceptó la muerte, aceptó toda la experiencia humana, incluyendo el máximo sacrificio; pero también con la visión de una resurrección. El camino de nuestra vida es precisamente el mismo proyecto que tiene Jesús, el proyecto de vivir la experiencia de cruz para también vislumbrar la resurrección, que es el eje propio de nuestra fe. De verdad, creemos que Jesús está vivo, que está entre nosotros y que sigue moviendo nuestra existencia, nuestra vida como iglesia y nos lleva a la perfección, hacia el Reino eterno.

Mons. Alberto Meouchi, Eparquía Maronita de México:

Que esta oración del Papa Francisco por la paz, escrita en el año 2016, sea rezada por la paz entre Ucrania y Rusia, para que el diálogo, la justicia y la armonía reinen entre ambas naciones.

Mons. Rodrigo Aguilar, Presidente del CEDIC:

Ha crecido la inseguridad de nuestros pueblos por la violencia, los asaltos, la falta de respeto a la dignidad humana y la muerte. Es necesario que recemos con fervor a Cristo Jesús, el Rey de la paz, para que nos la conceda. Que seamos artesanos de la paz, ejercitándonos en la verdad, en la justicia, en la auténtica libertad en el amor solidario y en comunión con Dios Trino y Uno; en paz con nosotros mismos, en comunión con las personas. También en comunión con la hermana Madre Tierra.

Archimandrita Nektariy Hajji-Petropoulos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en México:

Hermanos, estamos reunidos en este día pidiendo al Señor su misericordia, su clemencia y su compasión hacia todos nuestros hermanos que están sufriendo y que son víctimas de la violencia de la guerra. Pedimos al Señor que se detenga esta guerra, esta batalla asesina en contra de hermanos, familia contra familia. Pedimos al Señor que esto termine de inmediato, porque el derramamiento de sangre, el dolor que se está infringiendo a nuestro pueblo y a la Iglesia es algo inaudito. Es el resultado indudablemente de nuestros pecados.

Que Dios tenga misericordia de todos nuestros hermanos que han fallecido, que ya no están con nosotros, que ya no están con nosotros. Que Dios les otorgue consuelo a todos sus familiares que en estos momentos están sufriendo grandes pérdidas. Que Dios tenga compasión también de todas aquellas personas que han sido desplazadas y de todas aquellas personas que han perdido sus casas y todo lo que tenían.

Que Dios tenga misericordia también de todos aquellos que están luchando solamente por obediencia. Que Dios tenga misericordia de todos aquellos que no quieren la guerra y que quieren que esto se detenga para que podamos seguir adelante en este periodo que va a comenzar.

Que Dios tenga compasión de todos aquellos que están luchando inútilmente. Que Dios perdone a todos aquellos que están haciendo lo que no agrada al Señor. Levantar la mano en contra de nuestro hermano es un pecado muy grande. Que Dios perdone nuestros pecados y que se acuerde de nuestros pueblos, del pueblo de Ucrania. Que Dios bendiga también a aquellos que están sufriendo en combate. Que tenga misericordia de todos aquellos que son perseguidos, de aquellos que se encuentran heridos, de aquellos que dejaron sus casas y que probablemente no regresen.

Que Dios derrame su infinita misericordia y su gracia sobre todo el Pueblo Ortodoxo, y sobre todas aquellas personas que se encuentran también en Ucrania y que pertenecen a la Iglesia Católica o que pertenecen a la fe judía o la musulmana. Que Dios tenga infinita misericordia sobre su pueblo, perdone nuestros pecados y nos permita continuar adelante para la gloria de su Nombre. Amén.

E. R. Mons. Geroge Saad Abiyunes, Eparquía Maronita de México:

Voy a mandar una oración especial en este tiempo de guerra que está pasando en Europa, para pedir la paz y por toda la gente que pide la paz. Para que la paz reine y Jesús reine en todas partes del mundo.

“Señor Jesús, adoramos tu cruz, que nos libra del pecado, origen de toda división y de todo mal. Anunciamos tu resurrección que rescata al hombre de la esclavitud del fracaso y de la muerte. Esperamos tu venida gloriosa. Que se realice el cumplimiento de tu Reino de justicia, de gozo, de paz y de tranquilidad mundial.

Señor Jesús, por tu gloriosa pasión, vence la dureza del corazón, prisionero del odio y del egoísmo. Por el poder de tu resurrección arranca de su condición a las víctimas de la injusticia y de la opresión. Por la fidelidad de tu venida confunde a la cultura de la muerte y haz  brillar el triunfo de la vida y de la paz en el mundo.

Que Dios ayude a todos los que sufren, especialmente en Ucrania; a los desplazados, a los que salieron de sus casas y de sus trabajos para huir de la guerra y de la destrucción. Solamente a nombre de Dios que es el Dios de la paz, que es el Dios de la justicia, para que el mundo siga en paz, en tranquilidad y en justicia a nivel mundial.

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