Preguntas de niños
Sí, Jesús sigue haciendo milagros. A veces los hace Él directamente, por ejemplo, sanando a una persona a través de un sacramento (como la Unción de los Enfermos o la Eucaristía), o simplemente después de que alguien le ruega con mucha fe e insistencia mediante la oración.
Otras veces el Señor realiza sus milagros mediante la intercesión o mediación de otro, generalmente de la Santísima Virgen María o de algún santo. De hecho, cuando la Iglesia canoniza a alguien (o sea que oficialmente lo declara santo), se debe haber comprobado científicamente que por intercesión de esa persona Dios realizó al menos un milagro.
El poder de hacer milagros también Jesús lo confió a su Iglesia mediante los carismas del Espíritu Santo (I Corintios 12, 9-10); y dice: “El que crea en Mí hará las mismas obras que Yo hago y las hará aun mayores” (Juan 14, 12). Por eso hoy sigue habiendo todo tipo de milagros en el Nombre de Jesús.
La gente se confunde porque la palabra milagro viene del latín mirari, que significa “admirarse”; entonces piensa que cualquier cosa sorprendente o admirable (la vida, el amor, la naturaleza, la belleza, etc.) es un milagro.
Pero un verdadero milagro es algo que Dios realiza pasando por encima de las leyes de la naturaleza que Él mismo inventó. Por ejemplo: una persona está muriendo de cáncer, y de pronto, de un día para otro, Jesús la sana por completo; u ocurre que alguien muere en un accidente, y los presentes le suplican a Jesús con mucha fe, y Él le devuelve la vida. Ésos son milagros.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 8 de mayo de 2022 No. 1400