Por Ayuda a la Iglesia Necesitada
“¡No teman, nuestras vidas están en las manos de Dios y hay que se fieles a nuestra fe!”, estas fueron las últimas palabras de una joven madre llamada Nermeen Sadiq, de oficio enfermera. El 29 de diciembre de 2017 en la iglesia copto-ortodoxa de San Menas en la periferia meridional del Cairo. Nermeen estaba en Misa con su hija y una sobrina. Llevaba un crucifijo al cuello. De repente unos hombres armados atacaron a quienes salían de la iglesia.
El atentado, reivindicado por el estado islámico, tuvo lugar unos 10 minutos tras la finalización de la misa, murieron 9 personas, entre ellas Nermeen. Su hija de 13 años estaba a su lado cuando recibió el primer tiro. “Vimos cómo un hombre que se acercaba a la Iglesia en motocicleta. Se cayó de esta al chocar con un bache. Mi madre acudió deprisa en su ayuda y le preguntó ‘se encuentra usted bien’. El hombre se reincorporó rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos abrió fuego contra nosotras con un arma automática que sacó por debajo de su chaleco”
Mi madre se cayó y no pudo escapar con nosotras. Mi prima y yo corrimos hacia un pequeño supermercado, en donde nos escondimos. Desde nuestro escondite podíamos ver cómo el hombre nos buscaba con la mirada. Como no podía vernos, se volvió de nuevo hacia mi madre y le disparó varias veces”.
Durante el tiroteo mucha gente corría, pero ninguna se detenía a atender a Nermeen. Llegó una ambulancia, pero el personal de emergencia se negó a llevársela. Su hija corrió hacia ella y casi sin fuerza dijo: “No tengas miedo, yo estoy contigo. obedece a tu padre y cuida de tu hermana”.
Nermeen murió, dejó dos hijas, así como un esposo que honra la memoria de su esposa muerta por ser cristiana. Aunque han pasado los años, sigue el dolor de la ausencia de la joven madre de familia: “Fue Dios quien quiso elegirla para que fuera al Cielo”, así se expresa su hija que vivió con miedo, dolor y desesperación la muerte de su mamá.
A pesar de todo el sufrimiento, los sueños de esta hija que perdió a su madre no cesan, ella quiere encontrar la forma de estudiar y vivir de forma más desahogada, sobre todo porque su situación económica no es buena y quiere dedicarse a estudiar hasta convertirse en doctora especializada en nefrología, pues ese era el deseo de su madre.
Ayuda a la Iglesia necesitada ayuda al sostenimiento de viudas y huérfanos víctimas del terrorismo, para que adquieran escolarización y formación. También reconstruyen las casas de aldeas cristianas destruidas por el terrorismo de grupos radicales.
Este 10 de mayo, el día de las madres, Ayuda a la Iglesia Necesitada hace un sensible homenaje, a través de la historia de una mamá, a todas aquellas madres que han sufrido persecución e incluso han perdido la vida a causa de su fe, en esta conmemoración ellas se encuentran en nuestra oración. Felicidades a todas las mamás.
Si quieres conocer más noticias de la Iglesia que sufre o es perseguida visita www.acn-mexico.org
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 8 de mayo de 2022 No. 1400