Francisco, al final de la audiencia general, vuelve a hablar de la guerra en Ucrania y pide que no se la considere «una cosa lejana», sino el tormento de una nación a la que hay que acompañar con ayuda y oraciones
Por Andrea De Angelis
El recuerdo se desvanece, el dolor corre el riesgo de enfriarse. El Papa Francisco utiliza esta expresión para describir la situación que vive la población ucraniana desde hace casi cuatro meses. Lo hace al final de la audiencia general de este miércoles, dirigiéndose a los peregrinos de lengua italiana. El Papa invita una vez más a no olvidar el drama de la guerra:
Por favor, no olvidemos al pueblo martirizado de Ucrania en guerra. No nos acostumbremos a vivir como si la guerra fuera algo lejano. Que nuestro recuerdo, nuestro afecto, nuestra oración y nuestra ayuda vayan siempre hacia este pueblo que está sufriendo tanto y que está llevando adelante un verdadero martirio.
No nos acostumbremos a la realidad de la guerra. Un concepto que el Papa ha reiterado varias veces desde el inicio del conflicto, destacando por ejemplo la importancia de la ayuda humanitaria que -dijo el pasado mes de marzo- no debe interrumpirse. También el domingo pasado Francisco, en los saludos que siguieron a la oración del Ángelus, dirigió su pensamiento al conflicto de Ucrania, invocando oraciones por esa población e instando a los fieles a no olvidar lo que está sucediendo:
El pensamiento por la población ucraniana afligida por la guerra está siempre vivo en mi corazón. Que el paso del tiempo no enfríe nuestro dolor y nuestra preocupación por esta gente martirizada. ¡Por favor, no nos acostumbremos a esta trágica realidad! Llevémosla siempre en nuestro corazón. Recemos y luchemos por la paz.
Publicado en Vatican News