PREGUNTA DE NIÑOS

Jesucristo, verdadero Dios hecho hombre, se escogió en la Tierra a una Madre humana, la Santísima Virgen María.

En los templos podemos encontrar diversas imágenes —retratos, por decirlo así— de la única Madre de Dios.

Está la imagen de la Virgen de Guadalupe, de la Virgen de Lourdes, de la Virgen de Fátima, de la Virgen del Carmen, de la Virgen del Pilar, de la Virgen de San Juan de los Lagos, de la Virgen del Perpetuo Socorro, de Nuestra Señora de la Luz, de la Virgen de Soriano, de la Virgen del Pueblito, etcétera, y a veces algunas personas creen que una es “mejor” que las otras porque es “más poderosa” de manera que hace más milagros.

Es un error pensar así porque todas estas representaciones marianas se refieren, pues, a una misma persona, la Santísima Madre del Señor. Así que la respuesta es que no hay muchas Vírgenes sino una sola.

Pero sucede que los cristianos nos podemos sentir más atraídos hacia una de estas imágenes —conocidas como advocaciones— que hacia otras. Es como en casa, que de las fotos de tu mamá hay una que de seguro es tu favorita y te hace sentir muy bien cuando la miras.

Por otro lado, la Virgen no hace milagros, sólo Dios. Pero Ella es nuestra poderosa intercesora ante su Divino Hijo.

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 31 de julio de 2022 No. 1412

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