Un llamamiento, casi un grito el del Pontífice en la Plaza de San Pedro dirigido a los fieles que la abarrotan con motivo de la audiencia general, pero en realidad drigido a toda la humanidad para que cada uno se sienta llamado a su responsabilidad como constructor de la paz.
Por Gabriella Ceraso / Vatican News
En Ucrania se cumplen 196 días de guerra, «la tierra sigue temblando y el pueblo ucraniano llora», dijo el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk en su último mensaje, refiriéndose a los combates que continúan en las regiones de Kharkiv, Donetsk, Luhansk. Y el Papa Francisco vuelve con la mirada allí, lo hace una vez más durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, este 7 de septiembre, donde también ve, entre la multitud, banderas con los colores amarillo y azul de la tierra ucraniana:
Y no me olvido de la atormentada Ucrania. Allí hay banderas
Sus palabras se convierten inmediatamente en un llamamiento, casi un grito, que llama a la responsabilidad de todos porque, como ya había dicho el miércoles pasado en la audiencia general, la guerra es ahora mundial:
Frente a todos los escenarios de guerra de nuestro tiempo, pido a cada uno que sea constructor de paz y rece para que se difundan en el mundo pensamientos y proyectos de concordia y reconciliación. Hoy estamos viviendo una guerra mundial, ¡detengámonos, por favor!
A María, a la que ha consagrado Rusia y Ucrania, a quien ha dedicado el rezo del Rosario y ha siempre incesantemente invocado, Francisco se dirige una vez más para obtener su protección y encomendar a los que más sufren en estos momentos:
A la Virgen María encomendamos las víctimas de toda guerra, de toda guerra, de manera especial al querido pueblo de Ucrania.
Publicado en Vatican News