El Santo Padre ha concedido una amplia entrevista al periódico italiano La Stampa. La invasión rusa en Ucrania y el rol de la Santa Sede en la construcción de la paz son algunos de los temas tratados
Por Sebastián Sansón Ferrari / Vatican News
«Es absurdo. Y causa especial rabia y tristeza darse cuenta de que detrás de todas estas tragedias están el ansia de poder y el comercio de armas». Son las palabras del Papa Francisco en la entrevista que le realizó el periodista italiano Domenico Agasso, del periódico La Stampa, y publicada este viernes 18 de noviembre. Lo afirma al contestar la pregunta sobre el desafío que implica, como Pontífice, afrontar la «tercera guerra mundial», como él mismo la ha definido, en el contexto de una nueva amenaza nuclear.
«Me dijeron que si no se fabricaban y vendían armas en un año, se acabaría con el hambre en el mundo. En cambio, siempre prevalece la vocación destructiva, que da lugar a las guerras. Cuando los imperios se debilitan, buscan hacer la guerra para sentirse fuertes, y también para vender armas», añade.
«En un siglo, ¡tres guerras mundiales! ¡Y no aprendemos! Sin embargo, bastaría con ir al cementerio de Anzio, y pensar en la edad de los allí enterrados: fui allí y ante la tumba de aquellos chicos estadounidenses, de veinte años, que murieron en el desembarco de Anzio, lloré… Y mi corazón lloró en Redipuglia (mi abuelo había hecho el Piave y me contó lo que pasó allí). Y como he dicho antes: el desembarco de Normandía… fue el inicio de la caída del nazismo, es cierto… pero ¿cuántos jóvenes muy jóvenes quedaron en la playa, muertos a tiros? Dicen que 30 mil…. No aprendemos…».
El rol diplomático de la Santa Sede en la guerra en Ucrania
Consultado por posibles novedades diplomáticas entre la Santa Sede y Moscú, el Papa reitera que están continuamente atentos a la evolución de la situación. Recuerda lo que dijo en la rueda de prensa a bordo del vuelo de regreso de Baréin a Roma: «La Secretaría de Estado trabaja y trabaja bien, todos los días, «y está evaluando cualquier hipótesis y valorando cualquier atisbo que pueda conducir a un verdadero alto al fuego, y a verdaderas negociaciones».
Recuerda asimismo el compromiso con el apoyo humanitario a «la martirizada Ucrania», a la que lleva en su corazón junto con su sufrimiento, y comenta que intentan desarrollar, desde el Vaticano, una red de relaciones que favorezca el acercamiento entre las partes, para encontrar soluciones. Además, reconoce que la Santa Sede hace lo que debe para ayudar a los presos.
«Como confirmamos hace meses, y como lo declaró varias veces el Cardenal Secretario de Estado, Parolin, la Santa Sede está dispuesta a hacer todo lo posible para mediar y poner fin al conflicto en Ucrania», enfatiza Bergoglio.
La reconciliación
«Sí, tengo esperanza. No nos resignemos, la paz es posible», repite el Pontífice sobre la anhelada reconciliación entre Moscú y Kyiv. Pero acota que «todos debemos esforzanos por desmilitarizar los corazones, empezando por el propio, y luego desactivar, desarmar la violencia».
«Todos debemos ser pacifistas. Querer la paz, no sólo una tregua que sólo sirva para rearmarse. La verdadera paz, que es el fruto del diálogo. No se consigue con las armas, porque no vencen el odio y la sed de dominación, que volverán a surgir, quizá de otras maneras, pero volverán a surgir».