El Evangelio de hoy nos presenta una verdad que muchas veces ignoramos: Somos Templo de Dios. Y este punto no se refiere únicamente a cuidarnos físicamente sino espiritualmente. A veces le damos tanto culto a la vida deportiva y física y tan poca a la meditación y al crecimiento en la fe.

Los gimnasios se llenan y las Iglesias se vacían, sin comprender que muchas veces, nuestro corazón necesita de mucho ejercicio para la carrera espiritual.

¿Te has preguntado cómo está tu corazón ejercitado? ¿Has puesto los siguientes elementos para crecer en tu templo?

Durante la reflexión de hoy es necesario dejarnos tocar por Jesús, preguntándonos: ¿Cómo valoro el templo? ¿Reconozco la presencia de Dios en mi vida? ¿Soy coherente con el testimonio Evangélico?

Tomemos un tiempo para reflexionar durante este audio y decir: Señor, lléname de tu paz y permíteme crecer en la fe que solo tú me puedes dar.

Dios te bendiga

Angelo De Simone

IG: @asdesimone

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