Por P. Justo López Melús*
Lejos estaba la leña y todos los días cruzaba el monje el arenal. Muchos años llevaba en el desierto y empezaba a encanecer. A mitad del arenal aparecía una fuente cristalina y sus ganas de beber las reprimía y ofrendaba al Señor el sacrificio del agua. Entonces el Señor le encendía una estrella en el cielo. Valía la pena pasar sed, pues el premio lo compensaba.
Una tarde le acompañaba un joven monje. Cargados con la leña cruzaban sudorosos el arenal. El joven con sus labios resecos gritó:
–¡Padre, mira, una fuente!
Y el anciano reflexionó. “Si yo no bebo, tampoco él se atreverá”. Y se fue a la fuente y se puso a beber y beber. El joven, feliz, bebía y bebía. “Me faltara hoy la estrella”, sospechó. Al reanudar la marcha, el Señor le había encendido dos estrellas.
*Hace 15 años, El Observador y Voz de Papel en España, editamos el libro Alivio de caminantes del padre Justo López Melús (QEPD). Este año queremos recoger 52 de las 130 historias que componen este libro. Con la sabiduría del autor de la columna Pinceladas.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 1 de enero de 2023 No. 1434